sábado, 31 de mayo de 2008

Esto se acabó..., pero faltaba la traca final

Así es, tres meses después, como buen caminante que sabe que no hay camino, y echa la mirada atrás para ver la senda que volverá a pisar, sabido es que el camino se hace al andar, o lo que es lo mismo, que ya estáis empezando a olvidaros de mi cara por España y habrá que refrescaros la memoria, no me vayan a quitar de la herencia.

Pues relaro como fue el día: a las 10 en pie, a ducharse y a afeitarse, hacer un poco el tonto y a las 12 a la entrada de la resi para subir al taxi que había reservado el día anterior. Todo normal, carga hasta arriba, pero bien; solo un pequeño problema, emezaba a chispear y eso podía ser problemático ya que no tenía manos para llevar el paraguas, por lo que quedó en la resi.


El equipaje, nada, poca cosa: la maleta grande (22 kilos), maleta de mano (10 kilos), la mochila del ordenata (que entre muchas otras cosas lleva el ordenador, 10 kilos), portafolios (que estre otras cosas lleva la carpeta del trabajo, 4 Kilos) y una especie de bolso (para no decir mariconera que suena raro, 1 liko).


Con ese insignificante peso a mis hombros, subí al tren hasta Nagoya, sin fallo, todo sobre rueda. Salgo de la estación de camino al hotel y..., era visto, el dilivio se cierne sobre mi. Mi paciencia dura 5 minutos esperando a que amaine. Paso de la lluvia y tiro para el hotel, al fin y al cabo cuando llegase podría dejar las cosas, ducharme si estraba empapado..., pero no. Existe una máxima en nuestro contexto espacio temporal, y es que, si dudas de que algo pueda salir mal es porque seguro que saldrá mal..., Jacobo no hizo la reserva pensando que no habría problema, que para una persona sola no hay fallo..., y un huevo; me quedé con cara de tontolaba cuando la chica del mostrador me dijo que estaba todito lleno. Para fuera, a cantar bajo lluvia, y de paso a buscar otro hotel, o lo que es lo mismo, ponerse a patea aleatoriamente hasta toparse con alguno. Al final no fue tan drámatico..., mentira cochina, fue horroroso, porque tras una hora andando bajo la lluvia, cargado hasta arriba y tras visitar 8 hoteles, entre ellos el hotel Plaza (que hay que echarle valor ante la previsible clavada), encontré un hotel, a tomar viento de la estación, donde pude pillar una habitación doble.


Tras dejar los trastos en el hotel, casi a las 3 de la tarde, me dispuso a cumplir una promesa, que no fue otra que la de ir a cortarme el pelo a un garito fashion japo..., maldita sea la hora; os explico. Al sitio en cuestion llegué a las 3 y cuarto, entré y hablé con la chica que estaba en el mostrador, muy mona ella (dejemonos de tonterias, estaba cachonda, a ver si empezamos a hablar con propiedad de una vez), pero de inglés el que le enseñaron en la guardería; no pasa nada, mi japonés llegó para enterarme de que al no tener reserva (me cago en las reservas ya), antes de las 6 estaba todo ocupado. Me apunté para esa hora, tras rellenar un panfletillo, con la ayuda de una segunda chicuela también batante salada (y dale; bonita, linda..., a veces no se sabe si estás hablando de tías o descibriendo a un gusiluz. Así te luce luego el pelo..., a dos velas) también flojita en inglés (o sea ni puñetera idea). Como todavía era muy ppronto, me fui hasta el distrito comercial, el de Osu Kanon, a comer y mirar alguna cosilla; eso me lo salto porque al final no compré nada, problemas de talla.


Son las 6, entro al garito en cuestión otra vez, saludo y tras un minito me pasan a una silla para empezar a cortarme el pelo. Antes de nada me dan unas revista para que selecciones el corte que quiero; la verdad es que me gustaron tres, el único problema es que para hacer esos cortes tendría que irme y volver dentro de 2 años, para tener suficiente pelo (con el ritmo que llevo a lo mejor dentro de 2 años puede que tenga incluso menos posibilidades de hacerlo que ahora, pero bueno, nada se puede hacer ante la genética).


Estaba yo todo tranquilo viendo los cortes, cunado de repente se me acerca un japo sonriente y una de las recepcionistas (si las cachondas), y ella me dice: él será tu esteticista...; estetiqué, oye que yo he venido a cortarme el pelo no a operarme. Ahí no acabó la cosa, porque luego dijo: él será quien te lleve a partir de ahora..., cago en la leche que al final si que me acaban operando. La verdad el que el tío es muy majo, el inglés ni lo intenta, pero al menos da algo de conversación en japo (si las dos frases de rigor, para evitar que te sobases). Lo primero que hizo el buen hombre fue preguntarme que corte prefería, y yo claro le dije, que por gustar me gustaban los 3 que había visto. El me miró con cara de..., aquí no se hacer ni milagros ni ingertos, mientras sujetaba un mechon de mi pelo, (o mejor dicho, pensando: y yo quieron un chalet en potorrolandia pero ya ves, esto es lo que hay) por lo que yo dije: vale, tu elijes. El no dudo demasiado, señaló una foto, medo me la enseñó y yo dije amén sí señor. No les voy a negar la profesionalidad, primero lavar el pelo, luego corta, luego volver a lavar el pelo, un masaje de cuero cabelludo y cuello (si habéis entendido bien, para flipar; solo faltó acupuntura) y peinar...; y el resultado, 6500 yenes menos en la cartera, o lo que es lo mismo 45 euros. Del peinado me ahorro cualquier comentario (pues yo no, me cago en sus muertos y en futuros nacimientos, con lo que quería yo a mi media melenita; este pelo no vuelve a conocer una tijera).

Después todavía fui al cine, a cenar a un burguer, a tomar unos donuts, y ya está, esto cansado gente, me voy a la cama, que son las 2 y media de la mañana y mañana (bueno hoy) a las 6 hay que levantarse.

Fotos de despedidas varias y unto y final.

Dicho esto, adios , salud y República.

Fiesta de despedida en casa de Odachi (de izquierda a derecha: Odachi, Tanaka, Hayashi, Goto, y uno de naranja)




El duo Calatraba, Watanabe y Wentsu




Hayashi y compañía



Última foto en la oficina



Última foto en Japón, en el aeropuerto, 1 hora antes de volver

Punto y final; a todos los que hayáis leido el blog gracias, y a los que no los hayáis leido..., también, pero menos. Chau.


Nihon no ryoko wa owarimashima!!!!!, zasen da!!!!!!!

sábado, 24 de mayo de 2008

Esto se acaba gente

Ha pasado un tiempo desde la última vez que conté mis desventuras, pero seguro que me perdonáis si cuento lo ocupado que estuve estas dos últimas semanas, porque el tiempo se acaba y antes de irme tengo que presentar los resultados de la colaboración, es decir, recopilar todo lo que he hecho y hacer una presentación que será el próximo lunes por la mañana. Respecto a los resultados, pues la verdad es que la investigación ha sido concluyente para algunas cosas y menos para otras; creo que para solo tres meses de trabajo, que entre unas cosas y otras acabaron siendo 10 semanas, me puedo volver contento con el trabajo hecho.

Dejemos el tema del trabajo, que aburre. Intentaré resumiros lo que pasó últimamente. Entre lo más interesante, tuve dos partidos más de baloncesto, que perdimos, y esa misma noche mi fiesta de despedida. Fuimos al mismo sitio, con la diferencia que esta vez había una oferta que consistía en pagar 1000 yenes y beber hasta aburirse. Fue divertido, sobre todo porque la gente acabó más que tibia, como el que estaba a mi lado, que después de tres botellas de sake ya hablaba hasta el español, o al menos eso el pensaba para mi desgracia. La despedida fue entrañable, al más puro estilo japonés, dando todos juntos una palmada como señal de despedida y de pronto regreso. Como primicia mundial tengo una foto del equipo, parecemos la selección B de la yakuza.

Ese mismo fin de semana quedé con un amigo de mi profesora de japonés, un chico llamado Eisuke, muy majo, que me presentó a su hermano que trabaja en una tienda en el outlet de Toki, que es junto a Tajimi una de las ciudades más cercanas. Como me vino a buscar en su coche, luego fuimos hasta su casa y conocí a sus padres, muy major también. Fue un encuentro muy agradable. Aquí tenéis unas fotillos:





Me quedan exactamente unas semana exacta en el momento que escribo esta entrada. Tras el lunes casi puedo decir que mi trabajo aquí ha acabado por este año, pero todavía quedan algunas cosas interesantes, porque el miercoles tengo la fiesta de despedida, a la que llevaré la cámara, y el viernes posiblemente una fiesta que organizan los estudiantes de máster, ¡al fin conoceré gente de mi edad!!!!, aunque todavía no se si se pasará para el sábado, día que ya no me viene bien porque el sábado por la mañana ya me iré a un hotel de Nagoya, próximo al aeropuerto porque el avión sale temprano y me hac efalta el tiempo. De todas maneras me queda por cumplir una promesa, y no, no es lo que pensáis. eso ya lo tengo que dejar para el año que viene, pero he prometido ir a una peluquería fashion que tengo localizado al lado de la estación principal de Nagoya. Seréis testigos de los resultados.
Dicho esto, adios, salud y República.

viernes, 9 de mayo de 2008

Último día de vacaciones, a Osaka nos vamos

Pues el lunes tocó visitar la ciudad de Osaka, de paso para visitar a uno de los colegas de Lee que trabaja en la universidad de Osaka (el colega está haciendo el post doctorado en un centro de investigación que pertenece a la facultad, sobre temas de fusión inercial; el último dato podéis ignorarlo). El día empezó algo torcido ya que, por alguna razón que no alcanzo aún a comprender, Lee se metió en un tren para preguntar si iba hasta Osaka, y básicamente se le cerraron las puertas y se largo solo. Eso se ve gracioso ahora, pero teniendo en cuenta que cuando eso sucedió yo solo sabía que Lee había desaparecido por arte de magia, mientras yo me estudiaba el tablón de horarios, la cosa se pone al menos fea. De todas maneras ya tenía el billete en la mano, y más o menos sabía donde habíamos quedado con su colega, por lo que simplemente me monté en el próximo tren. Tras un viaje de 40 minutos y un trasbordo hacia la linea de tren circular de Osaka, llegué hasta la estación más cercana al castillo de Osaka, que está en medio de un parque muy grande.

Nada más salir lo primero que me resultó curioso era la legión de chavalas que había, un mogollón muy superior a lo que se puede considerar normal. De hecho, muchas de ellas portaban carteles de cartón donde estaba escrito algo así como vendo o compro entradas. Tras esperar por los desaparecidos (en realidad era yo el desaparecido involuntario) durante un cuarto de hora pensé que, ya que estaba en Osaka, pues a patearmela que eso de buscarme la vida estaba últimamente al orden del día. Andando andando la densidad de chavalitas aumentaba exponencialmente, alcanzando una masa crítica de histerismo coleccitvo cuando me planté delante de una especie de auditorio con foma de domo. Ahhora ya tenía una explicación, el clásico grupo de chavalitos danzarines actuaba hoy, arrastrando a cientos de miles de centímetros cúbicos de tierna carne jovenzula a depositar sus ahorros en las taquillas. No de detuve ni un segundo, ya tenía asumido que hoy tocaba castillo, y en cmaino me puse.

Empezó a lloviznar, cosa complicada si no tienes paraguas aunque por suerte fue intermitente, dándome tiempo a llegar hasta la entrada del castillo, haciendo fila durante unos minutos para comprar la entrada. Fue curioso que cuando estaba a punto de comprarla una voz me llamó, diciendo:

-Pilla tres anda...

Allí me aparecieron Lee y el colega. Al final nos encontramos aunque tampoco era tan difícil, el castillo era parada obligada. Fotos más tarde.

Tras patearnos el castillo, fuimos hasta la zona comercial de Osaka y nos recorrimos algunas calles; lo normal, tiendas, tiendas y más tiendas. No duramos mucho por allí, tomamos el tren de camino a la universidad de Osaka bastante pronto porque ya era algo tarde.

De la universidad poco que contar; no pudimos ver a penas nada porque ese día estaba cerrado casi todo. Al menos nos enseñó su despacho, que como el de todo buen físico, era la personificación del caos.

Luego fuimos a ver lo que queda de la expo de Osaka, y estuve frente a la torre del Sol y en el museo eetnológico; verdaderamente espectacular.

La casa del colega de Lee quedaba cerca, y nos dijo que nos invitaba a cenar. Nos preparó pollito, gambitas rebozadas y sopita de verduras; muy rico. Hay fotos.

Luego ya nos volvimos, era bastante tarde y había que volver a Kyoto. Así se acabó el día.

Castillo de Osaka





Vistas desde el castillo:




El Jacobiano en la univerdad de Osaka



Torre del Sol, por detras (Entré y pude ver la cara de amigo...). Eso ha sido una coña friki, perdón.



Casa del colega de Lee, zampando.


Dicho esto, adios, salud y República.

jueves, 8 de mayo de 2008

Algo que tenía ganas de hacer de una dichosa vez

Pues yo pensaba que podía ser interesante, aunque ahora entiendo porqué mi colega Lee estaba poco animado respecto a mi ocurrencia. Esto ya se lo había comentado antes de ir a Kyoto y ya puso cara rara, y por el gesto que me hizo indicando lo que el pensaba que era mi intención, me resultó ciertamente sospechoso; no sabía yo que eso tenía ese significado en Japón.

Era el segundo día en Kyoto, por la noche, justo después de cenar y de despedir a los dos colegas de Lee en la estación. El día anterior ya le había hecho la misma propuesta, aunque el aludiendo al cansancio la declinó de inmediato, aunque no insistí tampoco demasiado, porque realmente con el trajín del viaje y la caminata con las maletas hacia el hotel, para luego recorrernos medio Kyoto a pie, había sido realmente agotador. Comprendía que no quiese hacer nada el viernes, por lo que deposité mi esperanza en que tal vez el sábado, es decir hoy, estuviese más animado para hacerlo; al fin y al cabo no es algo tan raro, no le estaba pidiendo tampoco un esfuerzo tan grande, aunque esto siempre depende de la persona y sus incinaciones respecto a estos temas.

Finalmente tras insistir veladamente, accedió a mi razonable petición, aunque realmente las circunstancias no eran las mejores porque estabamos poco presentables tras otro día de ronda, y hacer eso en ese estado no suele ser lo más recomendable, por pura higiene...

Antes de que alguien empiece a pensar algo extraño, que hay muchas mentes oscuras al otro lado de esta pantalla, dejar claro que mi intención era la de salir de noche de juerga. Jaja, seguro que ya había provocado algún mal entendido.

Las cosas aquí en Japón funcionan de forma distinta, salir de noche aquí es distinto a hacerlo en España, prinipalmente porque las cosas que en español tienen un significado no tienen porqué coincidir con el que le dan los japoneses; me explico contextualizando los hechos.

Al final Lee acabó aceptando una visita a la zona comercial de Kyoto, ya que en los alrededores está la zona de marcha. Pues dicho y hecho, subimos al autobús y en veinte minutos estabamos en el lío. Me había preocupado de buscar en internet garitos, y me había quedado con un bar irlandés típico que seguro que estaba lleno de extranjeros, además de japoneses, para facilitar el primer contacto ya que al fin y al cabo nosotros éramos solo dos, y la juerga mejoraría si pudiesemos añadir a alguien más algrupo, en especial componentes femeninos.

Allí esta, a la entrada de la calle en cuestión, llena de gente de todas las edades, codiciones, razas, sexos y tipos sanguineos. Comencé a caminar, observando algún garito tipo pub/bar/disco para tomarle algo para ir entrando en ambiente. Tras un rato mirando, decidí por meter la cabeza en un garito bien iluminado, aparentemente el mítico pub de toda la vida. Allá me voy yo todo chulo, echao pa lante como todo buen español, hasta que Lee, por suerte, que agarró y me dijo (versión dramatizada):
-¿Eres lejanamente consciente de donde te vas a meter alma cándida?
A lo que yo contesté:

-Pues en principio..., no; pero espero enterarme ahora.
Lee señaló el cartel que como buen español echao pa lante no había leído. en el ponía algo así como: 30 minutos 6.000 yenes (40 euros). Los típicos rosetos de mis pómulos se tornaron en palidez y congoja, mientras pensaba para mi:

-Cago en la hostia que casi me meto en una casa putas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Podéis pensar, y no os culpo, que soy algo tonto del culo por meterme por calles raras; el problema es que no era una calle rara, era una calle principal que estaba atestada de esos garitos, por donde paseaban niños con sus mamas, viejestes con sus tacatás y Hakobu Wentsu con su cara de merluzo, asustado al empezar a enterarse de que no tenía ni puñetera idea de como salir en Japón; un poco tarde para caer en la cuenta.

Después del susto, y juro que no se me pasó ni por un segundo por la cabeza entrar en esos sitios, por puro orgullo, intenté encontrar algún otro garito "normal" o al menos donde no hubiese que seleccionar hembra a la entrada (más tarde contaré el exacto funcionamiento de esos lugares, que no le falta coña al tema). Estuve recorriendo la calle de arriba abajo y paralelas durante casi una hora; realmente me sentí imbécil; del irlandés ni rastro, aunque si que encontré unos sitios, edificios de varias plantas, que anunciaban en carteles diversos bares y pub, cada uno más sospechoso para mi bolsillo y dignidad que el anterior, en primer lugar porque para acceder a ellos había que subir escaleras empinadas tipo escaleras de emergencia, y luego te encontrabas con garitos de cristales tintados, impidiendo adivinar que te podía esperar dentro, motivo suficiente como para que yo mantuviese la cautela de no entrar, más que nada para evitar cagarla otra vez.

La desesperación crecía por momentos, por lo que acabé por decidir entrar en el lugar más normal que encontre, una especie de bar/cafetería; lo mínimamente decente que me pedía mi prudencia en ese momento, algo distorsionada por el agonía de verme rodeado de chavalas guapas que no sabía donde se metía (me refiero a las no putas, esas si que las tenía localizadas, por desgracia...). Me dispuse a estrar, eché mano a la puerta para abrir cuando de nuevo escuché la voz de Lee decir (versión cómica)
-Oye merlucín, ¿qué pasa que todavía no te ha llegao por hoy?. Anda, hadle un favor al mundo y fíjate en ese tablero con chapitas con números dibujados.
Yo me fijé, demostrando mis dotes de observación al responder:
-¿Qué chapas?

Lee que arreó una colleja (falso pero queda gracioso), y me dijo:

-Pues las que no hay porque ya están pilladas por los clientes que están destro del bar ocupando todas las mesas del garito. Pringao.

Tras esa última experiencia desistí. Por primera vez desde que llegué a Japón me sentí que no sabía ni que hacer ni como comportarme; la conclusión era obvia, no sabía como moverme por la noche japonesa, porque hace falta un master o eso me pareció. La proxima vez, o salgo con guía japonés o me quedo en la cama, por mucho que me quede sin ver a las espectaculares churrir que deambulaban por los alrededores. Otro día contaré la batalla que involucró al menda, una rubiaca y a un Lee con ganas de volver para el hotel; tenía que haberlo dejado volver solo, a veces por ser buen colega que paso de tonto, pero bueno, allí la deje a la pobre, con esa miradita linda..., q ue dolor..., las cosas que uno deja pasar sin a penas darse cuenta, cupido de mi.

Después de esta sarta de paridas, pongamonos serios por un momento. Lo digo porque ahora toca hacer un análisis riguroso, eso es, voy a contaros con reportaje gráfico incluido, lo que es un bar/pub para los japos. Si algunas vez vais a Japón y encontráis un garito grande, tipo discoteca, bien iluminado, fashion, con porteros elegantemente vestido, en mitad de la zona de marcha; y si por alguna razón decidís husmear por las cercanías, y encontráis que en la entrada hay carteles (aunque no sepáis leerlos), con numeritos y fotos de chicas, por favor..., sospechad. En esos garitos en cuestión, al entrar, tienes que elegir una chavala pagando del orden de 6.000-10.000 yenes por 30 minutos /1 hora, pagar tus copas y sus copas a precio de oro, y luego, si es que a ella le da por ahí, te puede proponer algo más, y ese algo más, por supuesto, es echar un casquete. Tras sajarte en el garito, si cometes el error de aceptar porque hay gente para todo, o con necesidades que se escapan de la cordura, tendrás que pagarle el servicio y la habitación del hotel, que encontrarás en la misma zona de marcha (supongo que para ahorrarle tiempo a las muchachas y "optimizar su jornada laboral).

Como he dicho, dispongo de reportaje gráfico, obtenido de una guía de "diversiones nocturnas" que encontré casualmente en uno de los cajones de mi habitación en el hotel. Aquí va.

Si podéis ampliar la foto en el blog, observad el nombre que recibe la "sección" de la guía.


Otro página donde ya muestran el ganao, pa animar a los indecisos (si amplías hasta puedes ver los precios y todo, polvos a parte supongo)


martes, 6 de mayo de 2008

Kyoto, día dos

7 de la mañana, a espabilarse que hoy toca quedada con los colegas de Lee, y nada más que en el templo de Kinkakuji, que si no suena por ese nombre, tal vez lo conoceréis como el pabellón dorado; que como bien dice el nombre, su gracia principal es que está hecho de oro. Veamos unas fotillos:




Lee y colegas (la coña de chino cuideiro ya la había hecho no...?); gente maja.



El petardo de esta foto no me acaba de sonar...


Después fuimos hasta el Palacio imperial de Kyoto, pero no pudimos entrar porque había que pedir cita por anticipado; quedará para la próxima entonces. Como quedaba cerca la zona comercial y era casi hora de comer, allá nos fuimos. De camino nos encontramos con nada más y menos que un restaurante español; metí a los chinorris de cabeza para hacer patria. El restaurante era pequeño, y había dos chicas japas, la cocinera y una camarera. Nos comimos cada un menú del día, porque así se llamaba allí, que consistió en un trozo de tortilla d epatatas con ensaladita, muy rico, una sopa de picadillo, decente, y luego a elegir entre pollo o pescado; puedo decir que el pollo estaba muy rico. No podía dejarlos salir sin probar alguna otra esquisitez de la tierra, por lo que a mayores pedí pulpo a la gallega, jaja, croquetas de jamón y unas lonchas de jamón serrano que nos cortaron delante nuestra. ahora estaréis pensando, menuda clavada..., pues no. El menú del día 950 yenes, y cada uno de los añadidos unos 400 yenes de media; es decir, que el menú del día de cualquer restaurante en España sale más caro, cosa que debería de hacernos reflexionar (está claro, todos a Japón a jalar y punto).

Después de comer..., más templos, el primero el de Honnoji; foto de la entrada:


Luego al templo de Ginkakuji o pabellón plateado (lástima que lo estén restaurando)

Eso del fondo es el pabellón plateado aunque esté cubierto
Jardines y alrededores



Cambio de templo, ahora a uno de los más famosos, el templo de Kiyomizu.



Esta foto es una coña, pero el señor me hace gracia.


Escultura famosa de la que me he olvidado el nombre, pero creo que está escrito a la izquierda, así que leerdlo ahí si podéis..., juju (yo no puedo)


Vistas desde lo alto del templo, desde donde dicen que se ha suicidado gente:


Cuesta famosa con muchos pequeños altares:


La siguiente foto suscita la siguiente cuestión: como no exista algun motivo para fotografiar esta piedra o este le ha dado una insolación. Pues sí que la hay. En realidad son dos piedras, separadas unos 15 metros. La leyenda dice que si lograr ir de una a otra con los ojos cerrados sin desviar el rumbo, encontrarás el amor de manera inminente (más o menos). Había demasiada gente para hacere una foto general, y menos para intentarlo; para que me funcionase a mi eso tendría que hacerlo pero en dirección contraria, es decir, rodeando el mundo hasta el otro pedrusco, y aún asi...

Un altar en la zona


Foto panorámica típica del templo


Después de esta paliza ya era tarde, por lo que acompañamos a los dos colegas de Lee hasta la estación de tren, donde aprovechamos para cenar. Mi idea era la de salir por la noche pero los colegas no podía porque vivían fuera, y Lee tampoco estaba mucho por la labor, auqnue al final lo convencí. Esta batalla tiene bastante que contar, por lo que lo dejo para otra entrada. Chau
Dicho esto, adios, salud y República.

Hoy visitamos Kyoto

En poco más de media hora llegamos a Kyoto, desde la estación de Nagoya central. Después tocó buscar el hotel, que en teoría estaba cerca de la estación central, de hecho teníamos un mapa para facilitarnos la vida, pero nos tocó patear bastante hasta dar con él. Tuvimos lío para coger las habitaciones porque no habíamos hecho reserva, algo poco inteligente teniendo en cuenta las circunstancias. Al final pudimos arreglarlo; de los 4 días, el primero estuvimos en habitaciones individuales para fumadores, la segunda una doble de no fumadores y la tercera y cuata en individuales no fumador. Fue una pesadez tener que cambiar casi todos los días las maletas y la llave, pero eso mejor que quedarno en la calle. Las custro noches me costaron del orden de 27.000 yenes, con desayuno buffet libre e internet de banda ancha. Lo único que me pareció raro fue la habitación de fumadores, ya que estaba preparada para dos personas y no una, me explico, la cama más ancha, había dos yukatas, doble de enseres de baño, toallas...; le llamaran de fumadores pero yo creo que le deberían de llamar de otra manera, para vosotros dejo la correcta definición.
Tras dejar las maletas en recepción nos pusimos en camino, era el primer día en Kyoto y había que aprovecharlo. Anduvimos hasta morir, y luego, seguimos otro poco más. Lo mejor es que vaya contando sobre las fotos:

Castillo de Nijo:




Lee en los jardines del castillo (también conocido por el sobrenombre del eslabón perdido del chino cudeiro)



Alrededores del palacio





Templo Yasaka, Chionin y parque Maruyama






Bolas espectrales y fuegos fatuos en el parque Maruyama (juju)





Con esto acabó el día. Al día siguiente tocaba conocer a unos colegas de Lee, también chinorris, pero lo cuento en otra entrada. Chaus
Dicho esto, adios, salud y República

sábado, 3 de mayo de 2008

Fotos desde el trabajo y cosas curiosas

Bueno, como había prometido, fotos del curro, enseñando el cacharro y a uno de los investigadores con los que colaboro, Odachi-san.

Odachi-san



El menda; precioso el casco y los zapatos bolsa de basura (y cara de pepona)



Sala de control del LHD




Fotos vaarias del cacharro. No se ve del todo bien porque hay muchos aparatos rodeándola, pero bueno, algo se aprecia.









Record Guines por ser la puerta más pesada del mundo


El menda en mitad de la guerra (con los cascos rosas de intervención armada)



Zona del museo para visitas: