martes, 9 de junio de 2009

Hace dos fines de semana sucedió...

Sintiendo profundamente el retraso, debido a razones que no puedo desvelar porque no las hay ya que simplemente me dio pereza, os informo impuntualmente de mi odisea.

Hace dos fines de semana..., si recuerdo bien, el sábado quedé con Matt y Ben para ir a ver la peli de Star Trek. Nos vimos a eso de las 5 y media en la estación de Nagoya, en el sitio mítico de quedada de la gente. Ya supuse que habría un gentío tremendo cuando llegase, y más a esa hora, y no me equivoqué; a penas se daba andado por allí. Como estar cerca del reloj era tarea arriesgada, a no ser que quisiese estas apechugado entre una legión de japonesitas monas, me mantuve a una distancia prudente, a ver si veía a la gente, contando que yo tampoco pasaba fácilemnte desapercibido entre la multitud por razones evidentes. Coo todas las esperas se hizo eterna, aunque solo llegaron diez minutillos tarde, pero tampoco se me hizo doloroso, ya que una chica, bueno más bien señora que debía de andar por lo treinta y algo, se puso a esperar a mi lado, cosa que me resultó curiosa porque todas las japonesas tienen a huir de mí (tampoco sé por qué, o tal vez sí...).

Matt y Ben llegaron y tiramos ya para el cine, que estaba al otro lado de la calle; un centro comercial lujoso que en la quinta planta tenía salas de cine, también lujosa, aunque por suerte todos los cines de japon valen lo mismo. La peli sin mayor comentario, no se le cayeron los ojos a nadie ni mayores complicaciones.

Tras la peli nos fuimos a una sale de juegos que estaba al lado, y estuvieron echándole una partidilla a la último juego de Street Fighter. Había una legion de japos dándolo todo allí, todos muy profesionales, por lo que yo me limité a mirar para no hacer el ridículo. A MAtt y a Ben si que les dieron pal pelo, yo preferí ahorrarmelo.

Seguidamente nos fuimos a cenar al típico restaurante licorería japonés. Casi estuvimos dos horas comiendo y hablando. Estuvo agradable, pena que luego se rajasen de ir a algun garito a mover el pandero, los pobres tenían toque de queda, ya se sabe, las señoras esperan en casa con la sartén en la mano, y si no se ficha a la hora toca dormir en compañía del patito de goma en la bañera; cosas que tiene eso del parejeo, eso me han contado...

Domingo, libre del todo, por lo que me levanto a eso de las 11 para ir a correr. Como es de rigor a la vuelta me paso por la pista de basket para ver si está Riko y nos echamos unas canastas. Pues sí, allí lo estaba. Entre unas historias y otras eran las cinco cuando me volví. Tampoco estuve jugando todo el rato, para las 3 y pico ya estabamos doblados, por lo que Riko, otro americano de cuyo nombre no me acuerdo y el menda, nos fuimos a pillar unas cerveza y a charlar un rato, todo al lado de la pista de basket (en mi caso cambia cerveza por una lata de cafe con leche fresquito..., sí que pasa, yo allí todo chulo con mi manchadete, el más malo del lugar). La charla dio para todo, me esteré de que son profesores de inglés, como todos los extranejros que conozco en Japón. La charla fue amena, aunque la jerga americana todavía me cuesta pillarla, pero se hace lo que se puede.

Bueno eso dio de si el finde pasado del pasado. La proxima entrada Tokyo, con fotos y todo.
Dicho esto, adios, salud y República.

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