jueves, 25 de junio de 2009

Hace dos fines de semana..., brutal

El calificatio de brutal es bien merecido, por lo que entremos en la descripción cronológica d elos hechos:

Viernes, por la noche, se me hace saber que mis compañeros de piso van a ir a un bar de mariquitas donde un amigo es, digamos, una de las "chicas" que "sirven" a los clientes. Como tampoco tenía nada que hacer hasta las 11 de la noche, pues me uní a la comitiva, y allá nos fuimos. Nada más llegar, la primera impresión del sitio fue que era un picadero al más puro estilo, de mariquitas claro, con sus sillones de cuero rodeando todo el bar, frente a unas mesitas en coyo centro se ponía la supues "chica" asignada a cada mesa. Con nosotros se puso el amigo en cuestion, aunque a la hora que llgamos, eso de las nueve, solo estabamos nosotros, el amigo y el dueño, por suerte. La verdad es que me lo pasé bien, cenamos y nos ehcamos unas copazas..., bueno en mi caso sendos zumos de naranja, con alguna que otra historia mezclada, que por mucho que les dije al final me acabaron echando pero que tampoco se notaba demasiado (más haria falta para emborracharme a mí, que pequeño no soy).
El papel de la "chica" era basicamente darnos conversación, y tenernos el vaso y el plano llenos todo el rato, cosa que es bastante cómodo, no cabe duda. Entre una cosa y otra, me dio tiempo a cantar al karaoke un rato, ofreciéndoles los grandes exitos de La bamba, la macarena (que todos los del garito bailaron como está mandado), y lo más peligroso para mi integridad teniendo en cuenta el lugar, living la vida loca de Rikki Martin, allí en mitad del garito moviendo el pandero. Como ya eran casi las once y había quedado, tema en el que entraré después, pues me dispuse a pirarme y pagar, aunque mis colegas se vieron algo cortos de parta y como yo llevaba encima suficiente, pues me pidieron si podía pagar yo todo y al día siguiente hacíamos cuentas. Saqué mi carte yo de sobrado, me da la factura y... 30.000 yenes, es decir 250 euros de nada. Cagandome en todos los santos del pabellón Vikingo empezando por Odín, solté la pasta y me fui corriendo de allí. La gran pregunta que me quedó fue: y cuando yo vuelva a España y le diga a los colega que he ido a un bar de mariquita y me he dejado 250 euros, ¿qué pensarás...?, creo que lo supongo.

Tokyo segunda parte

Buenas de nuevo, y tras un largo retraso, os pongo al día de mis evoluciones recientes.

Nos quedamos en el segundo día de Tokyo, que básicamente fue mañana y mediodía, porque a eso de las cinco ya estaba montado en el bus. Me levanté a eso de las nueve, porque quería ir hasta Shibuya a comprarme algo de ropita, que tengo poca cosa para el vereno. Si un día tengo humor y tiempo, me caso unas fotos con la ropa en cuestión, combinación que no se ha dado por falta de ambos.

Estuve por Shibuya hasta eso de las dos, dandome una vuelta por medio del jaleo, que ya de mañana aquello estaba bastante abarrotado. Entré en varias tiendas pero solo compré en una, en la misma que el año pasado. También entré unos grandes almacenes de electronica y una tienda de segunda mano, pero no solté más pasta. Vi alguna que otra cosa interesante, por la calle quiero decir, el aspecto de las gals siempre logra sorprender a uno aunque piense que ya lo ha visto todo.

A eso de las tres había quedado con Yukako para ir a comer con su hermana Juliette, y con un poco de retraso nos encontramos en la estación de Shinjuku, que más que una estación parece un macro centro comercial subterráneo. Salimos para comer en un garito, indeterminado, que todavía tardamos en elegir; finalmente decidimos meternos en un medio italiano a zampar pizza y pasta. No nos quedo tiempo para mucho más, casi tuvimos que salir por patas para no perder el bus.

El bus una pasada, muy moderno, tenía de todo: los asientos totalmente reclinables, muy comodos, con apolla cabezas y respando también ajustable, una especie de escafandra de tela que te aislaba del exterior si quería dormir..., muy bueno, ni me enteré del viaje y eso que fueron casi cinco horas, aunque también paramos dos veces sobre un cuarto de hora. Sobre las 11 llegamos a Nagoya y para casa.

Fin del viaje
Dicho esto, adios, salud y República.

martes, 9 de junio de 2009

Erase una vez..., un fin de semana en 東京

Sabado por la mañana, el despertados suena a las 6 y media, y me levantó de la cama..., miento, doy vueltas hasta el borde de la cama hasta que caigo de ella; no debí de acostarme el día anterior a las dos de la mañana por estas jugando a la consola. Tras encajarme la mandíbula y gatear hasta el baño me ducho, desayuno y demás..., se hacen las ocho de la mañana y me monto en el Shinkansen
(新幹線) camino a Tokyo. Que chulos los trenecitos, si te sientas en la priemra fila, tienes bandeja para poner el portátil y un enchufe, una gozada, fui todo el viaje (una hora y 50 minutos) viendo la peli de Valquiria, es decir, que ni me enteré.

Como todos sabréis, aunque no sé si os lo he contado (en tal caso no lo sabréis claro), el plan era quedar el sábado con gente por Tokyo, en particulas contacté con 3 personas, a saber: un chico español que vive allí, una amiga de mi profesora de japonés y una chavalita de mi lista de contactos (chorbagenda también llamada). Al final nada de nada, y eso que les mandé el mensaje una semana antes de ir..., no hubo respuesta, bueno si, la chavalita de la chorbagenda me mandó este lunes un mensaje preguntándome si llegaba el sabdo o el viernes, pero del finde siguiente..., en fin, que se le va a hacer, estas cosas pasan (lo me que toca las narices que siempre me pasen a mi, y por triplicado).

Teniendo en cuenta que el fiasco inical era algo que ya llevaba asumido, por aquello de evitarse disgustos innecesarios, ya tenía un plan perfectamente programado. Lo priemro fue ir a Shinjuku (新宿), la zona de los rascacielos, donde tenía la reserva del hotel, porque como chulería no me falta, allí me fui a meter a un hotel de 4 estrellas en la zona pija, porque yo lo valgo!!.

Dejando la pena que doy a un lado, os cuento que nada más dejar la mochila tiré para Hamamatsu (浜松), que es la para de la linea de tren que mejor queda para ir a la torre de Tokyo. De camino entré en un parque muy chulo, en el que tuve que cotizar 150 yenes para entrar. El parque bien, la torre de Tokyo, basicamente, es una torre como el nombre indica. Hay tres partes, cuando pagas la entrada, ni más ni menos que 800 yenes, un palo, te permiten subir hasta el observatorio, que está a eso de 120 metros de altura. Hay un segundo observatiorio a 210 metros, pero hay que soltar 600 yenes más así que fue el hijo póstumo de la Santísima Trinidad a verlo. En la base de la torre hay un edificio con museos y rollos varios que no valen un pimiento y que hay que pagar aparte, por lo que puse pies en polvorosa antes de que me dejasen sin calzones.

Al huir de la torre de Tokyo, mi idea ir a Roppongi (六本木), que está más o menos al lado. Es la zona de los extranjeros, donde están las embajadas, y zona de salida nocturna. El sitio es grande y no tenía ni idea a donde ir, por lo que desistí y me piré para Akihabara (秋葉原).

Ya os había contado, de mi última visita, que esa es la zona friki, llena de tiendas de manga y culaquier cosa relacionada, con sus cafetería de doncellas, son chavalitas repartiendo publicidad disfrazadas de doncella, enormes posters de..., doncellas; bueno y otras cosas relacionadas con doncellas. Aproveché apra comprar un blue ray de la peli de Evangelion, juju, y un figurita de las chulas, bonito y barato, que encontré rebuscando en una de las infinitas tiendas. Poco más que decir de Akiha, es un sitio que hay que ver en persona para disfrutarlo y padecerlo en su plenitud.

Eran las siete y ya estaba reventado, por lo que tiré para el hotel. Pillé la cama bastante pronto, muy a pesar mío ya que auqnue tuviese sueño, de haber quedado con alguien de buena gana me hubiese corrido la madre de todas las juergas, pero es lo que hay, y nos nos quejemos no vaya a ser..., que para ir a peor siempre hay margen de maniobra. De hecho sucedió algo curioso, justamente en la habitación de al lado, donde una pareja se estuvo "divirtiendo" hasta altas horas de la noche. Lo curioso es que solo oía los alaridos de él, a ella no la escuché ni una sola vez, lo que me llevó a elaborar tres teoría, en mi afán observador y racionalista:
  1. La tía era muy callada y profesional.
  2. El tío se gustaba mucho y él solo se quería mejor que nadie, y simplemten le estaba dando espectacularidad al evento.
  3. No hay chica y lo que estaba confundiendo eran dos voces masculinas..., esta última me resulta dolorosa por lo que prefiero obviarla.
Mañana os cuento que deparó el domingo
Fotillos:

Parque al lado de Hamamatsu:

 








Jinja o templo sintoista cerca de la torre de Tokyo






Torre de Tokyo




Dicho esto, adios, salud y República

Hace dos fines de semana sucedió...

Sintiendo profundamente el retraso, debido a razones que no puedo desvelar porque no las hay ya que simplemente me dio pereza, os informo impuntualmente de mi odisea.

Hace dos fines de semana..., si recuerdo bien, el sábado quedé con Matt y Ben para ir a ver la peli de Star Trek. Nos vimos a eso de las 5 y media en la estación de Nagoya, en el sitio mítico de quedada de la gente. Ya supuse que habría un gentío tremendo cuando llegase, y más a esa hora, y no me equivoqué; a penas se daba andado por allí. Como estar cerca del reloj era tarea arriesgada, a no ser que quisiese estas apechugado entre una legión de japonesitas monas, me mantuve a una distancia prudente, a ver si veía a la gente, contando que yo tampoco pasaba fácilemnte desapercibido entre la multitud por razones evidentes. Coo todas las esperas se hizo eterna, aunque solo llegaron diez minutillos tarde, pero tampoco se me hizo doloroso, ya que una chica, bueno más bien señora que debía de andar por lo treinta y algo, se puso a esperar a mi lado, cosa que me resultó curiosa porque todas las japonesas tienen a huir de mí (tampoco sé por qué, o tal vez sí...).

Matt y Ben llegaron y tiramos ya para el cine, que estaba al otro lado de la calle; un centro comercial lujoso que en la quinta planta tenía salas de cine, también lujosa, aunque por suerte todos los cines de japon valen lo mismo. La peli sin mayor comentario, no se le cayeron los ojos a nadie ni mayores complicaciones.

Tras la peli nos fuimos a una sale de juegos que estaba al lado, y estuvieron echándole una partidilla a la último juego de Street Fighter. Había una legion de japos dándolo todo allí, todos muy profesionales, por lo que yo me limité a mirar para no hacer el ridículo. A MAtt y a Ben si que les dieron pal pelo, yo preferí ahorrarmelo.

Seguidamente nos fuimos a cenar al típico restaurante licorería japonés. Casi estuvimos dos horas comiendo y hablando. Estuvo agradable, pena que luego se rajasen de ir a algun garito a mover el pandero, los pobres tenían toque de queda, ya se sabe, las señoras esperan en casa con la sartén en la mano, y si no se ficha a la hora toca dormir en compañía del patito de goma en la bañera; cosas que tiene eso del parejeo, eso me han contado...

Domingo, libre del todo, por lo que me levanto a eso de las 11 para ir a correr. Como es de rigor a la vuelta me paso por la pista de basket para ver si está Riko y nos echamos unas canastas. Pues sí, allí lo estaba. Entre unas historias y otras eran las cinco cuando me volví. Tampoco estuve jugando todo el rato, para las 3 y pico ya estabamos doblados, por lo que Riko, otro americano de cuyo nombre no me acuerdo y el menda, nos fuimos a pillar unas cerveza y a charlar un rato, todo al lado de la pista de basket (en mi caso cambia cerveza por una lata de cafe con leche fresquito..., sí que pasa, yo allí todo chulo con mi manchadete, el más malo del lugar). La charla dio para todo, me esteré de que son profesores de inglés, como todos los extranejros que conozco en Japón. La charla fue amena, aunque la jerga americana todavía me cuesta pillarla, pero se hace lo que se puede.

Bueno eso dio de si el finde pasado del pasado. La proxima entrada Tokyo, con fotos y todo.
Dicho esto, adios, salud y República.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Fin de semana curioso

Otra vez viernes, y esta vez a penas tengo tiempo de pasar por casa para dejar el portafolios, porque he quedado con Matt en su apartamento para cenar y echarnos unas partidas a la xbox. Me llama a eso de las siete, como ya me había avisado, así que tiro para allá. También estaba otro colega de Matt, de Texas, que habla español al estilo mejicano, muy majo. Nos pusimos a jugar hasta eso de las nueve y algo cuando llegó Yuka, y nos pusimos a cenar. Para eso de las once ya volví, cuando ya la cerveza empezaba a hacer estragos en la panda.

Sabado, no llueve, por lo que me voy a correr un rato, lo de siempre, y leugo me voy a ver una peli como siempre, esta vez Angles y demonios, eso sí, en japonés, porque la sesión en inglés pillaba tarde y no tenía demasiadas ganas de esperar. La peli acabó sobr elas siete, por lo que para y media ya estaba en casa. Cuando llegué Daisuke estaba ya preparándose para pirarse, como siempre, que este para en casa lo justo. También esta la compañera, que curiosamente también estaba vestida y preparadita para salir, así que le pregunté si se iba de fiesta o algo, a lo que ella me respondió negativamente. No esperaba mucho más de ese día, por lo que agarré el portátil y me puse en el salón a ver alguna serie chorra de las mías. Al rato, mi compañera sale de la habitación y me propone ir al karaoke. No voy a profundizar más en el tema por motivos varios, simplemente comentar que salimos de casa a las 10 y volvimos a las 6 de la mañana; 8 horas en las que nos dio tiempo de cantar todo el repertorio, desde la Bamba, hasta unas cuantas en inglés y por supuesto algunas en japo, por supuesto, todas convenientemente ultrajadas por mi aterciopelada y carismática voz angelical del aberno.

Al día siguiente, me levanté "algo" tarde, sobre las dos de la tarde. Nadas salir de la habitación y dspués de pegarme una ducha, notando en mi garganta los efectos de 8 horas de berridos ininterrumpidos, mi compañera me dijo si le ponía una peli que le había bajado de internet, y nos pusimos a verla. Ese mismo día a las siete vinó Yuka y el resto de la panda porque se celebraba el cumple de la susodicha. Estuvo bien, fue agradable, hasta eso de las 10 y media que la gente se largo, ya que los currantes mañana madrugaban, y allí a todos nos tocaba pringar.

No hay datos gráficos de ninguno de los eventos, siento comunicaros, otra vez será.

Dicho esto, adios, salud y República.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Visita por la inmobiliaria

Eso fue lo más interesante del fin de semana, porque volvió a llover mares tanto el sábado como el domingo. El vienes por la noche fui hasta casa de Yukako, también estaba el resto de la panda. Más o menos lo de siempre, cenamos juntos, estuvimos viendo una peli de Shin chan y poco más; la gente empezó a irse sobre las once, excepto mi compañera de piso y Shihoko que se quedaron a dormir allí. Cabía la posibilidad de que yo también me quedase a dormir pero la idea de dormir en el suelo no me hacía demasiado, y menos si al día siguiente tenía que levantarme a una hora razonable para ir a la inmobiliaria, por lo que a eso de las once y media yo también me fui. Me aventuré a volver a pie y la verdad es que está muy cerca de mi apartamento, a penas un cuarto de hora andando; casi se tarda ás en metro que a pata.

El sabado me levanté para eso de las diez, porque tenía pensado ir a hacer algo de deporte antes de lo del piso, pero como estaba lloviendo, nada de nada. Para eso de las doce salí de casa, había quedado con el colega de la agencia sobre la una, pero necesitaba el tiempo porque el sitio en cuestion estaba relativamente lejos, más allá de Sakae; calculé que casi media hora andando aunque en realidad era algo menos, pero bueno, como no sabía bien donde quedaba el sitio, preferí curar me salud e ir con tiempo de sobra. Lo gracioso del tema es que, para aparentar ser gente seria, me puse el trajecito y la corbata (fotos que podréis ver al final), no fue el caso que pensasen que era un mangarran y no me alquilasen el piso en cuestión, que aquí se miran mucho esto y hay que andarse con cuidado (parecía de la Yakuza con el trajecito, daba un poco de miedo, ¡la mafia ha llegado!).

Quien me atendió era un comercial bastante majo, que hasta me ofreció un cafe con hielo. Lo curioso es que debía ser hijo de inmigrantes porque su apellido era Chino, aunque él solo podía hablar en japonés; de inglés a penas dos palabras y mal dichas. Logré entenderme con él, aunque ciertamente no me costó demasiado, tal vez porque iba concienciado de que me convenía enterarme bien de la pelicula para evitar problemas o mal entendidos. Me contó básicamente que ya era un poco tarde para buscar un apartamento para Agosto, estaba casi todo pillado, y era todavía más complicado el hecho de que necesitase dos y en las mismas fechas. Al final me sacó unos apartamentos minúsculos a 15 minutos andadndo de la estación de Nagoya central, con todo la equipación pero pequeños, a penas 18 metros cuadrados. Meter ahí dos personas es difícil, pero tres ya es misión imposible. Dado que no había más opciones, quedé en que me lo pensaba hasta el lunes y le daba una respuesta. Después ya volví para casa.

Ese mismo día por la tarde, Yukako y Matt vinieron por casa. Estuvimos hablando del tema del piso, y al igual que a mi, les parecieron pequños y caros ( 320,000 yens es decir 2500 euros). Hablando con ellos llegué a la conclusión de que era inviable, sobre todo cuando tras mirar el internet, me encontré que los bonos d etren para el Shinkasen (como el AVE) son brutalmente caros ( 20 viajes casi 2500 euros). Se hacía imposible para mi estar viajando todos los dias, por lo que el plan para el verano debía de cambiar radicalmente. Ahora estoy meditando cual es la mejor opción, que posiblemente pase por ir de hoteles y evitar viajar todos los días. Ya veremos como me arreglo, el plan todavía está fermentando.

El domingo a penas lo vi, porque en un acto de desvergüenza me levanté a las tres de la tarde, y claro, poco se puede hacer en tal caso, limitándome a quedarme en casa y mirar por la ventana lo mucho que llovía. Así se pasó el día, sin pena ni gloria.

Aquí las dichosas fotos:







El más malo del lugar

Dicho esto, adios, salud y República.

martes, 12 de mayo de 2009

Nuevo finde a lo que venga

Pues lo dicho, en principio no había nada que rascar el finde, pero se hizo lo que se pudo. Os cuento.

Se me ha dado por ir a la mañana a hacer algo de deporte a un parque que tengo cerca, donde está el museo de la ciencia y el de arte contemporáneo. es un sitio bastante grande, por lo que viene bien para hacer algo de carrera, y como además hay una esplanada grande de arena y cesped, pues puedo tambien hacer algo de ejercicio de suelo. Como suelo acostarme algo tarde los viernes, por culpa de la consola, pues el sabado no suelo espabilar antes de las 11:00. No mucho más de una hora que me canso. A falta de nada mejor que hacer, pues me fui al cine, al mismo de siempre, a ver otra japonesa llamada Goemon, que la verdad no estuvo mal del todo, se puede ver. Tras comerme la hamburgesa de rigor ya volví para casa, tras una breve visita por la tienda de videojuegos de Ohsu, sin encontrar nada que mereciese la pena. Lo único simpatico de todo el día sucedió a la una y media de la mañana, cuando llegó Daisuke y lo acompañé a devolver unas pelis y unos comics a una tienda cercana, bueno no tan cercana, porque aun tardamos unos 10 minutos en bicicleta. Eran las tres y pico de la mañana cuando me fui a sobar. Un día de lo más
面白くない, pero bueno.

El domingo tenía pinta de ser más de lo mismo, y de hecho empezó igual, porque fu al parque a eso de las 12, pero esta vez se me ocurrió, cuando ya volvía para casa, pasarme por la cancha de baloncesto que me queda cerca para ver si había partido. De lejos pude reconocer a Riko, el chico americano que había conocido la primera vez que fui por allí, por lo que me animé a pasarme a ver si me echaba una pachanguita. Vaya con la pachanga, hasta las cuatro de la tarde jugando. Se juntó un montón de gente, debiamos ser casi treinta personas, y aquello parecía la ONU, había Coreanos, Chinos, Filipinos, Americanos, indios y demás; tuvo su gracia. Yo iba con Riko en el equipo, debimos jugar como diez partidos seguidos hasta que ya no pudimos más, no consiguieron ganarnos, y eso que había algunos chavales que tenían maneras. Llegué a casa que casi no podía ni andar, destrozado, sobre todo porque no había ni desayunado ni comido; aun hoy tengo unas agujetas terribles, pero fue divertido, mereció la pena.

Ese mismo día, por la tarde vino Yuka y me echo una mano con la búsqueda del apartamento para Agosto. Primero buscamos por internet y luego ella llamó a una de las inmobiliarias. Quedaron en llamarme, cosa que hicieron el lunes; menudo aleo para entenderlos, no me llega el japonés para tanto, por lo que tuvo que mediar una de las operadoras que sabía inglés. Al final acordé que el sábado iría por la inmobiliaria, a ver la que monto.

Así se acabó el finde. Planes para el futuro, una visita fugaz por Tokyo, pero todavía me estoy pensando el plan, ya os contaré.

Respecto a ciertos jaleos con conpañeras de piso parece que las aguas han vuelto a los cauces de la lógica, la relación ha mejorado, ya me habla y esas cosas, por algo se empieza.

Dicho esto, adios, salud y República.

miércoles, 6 de mayo de 2009

La semana dorada menos dorada que nunca

Como ya sabéis del año pasado, aquí la Semana Santa como que no llega, pero un mes más tarde tienen su propia excusa para estar unos días de vacaciones, unos tres días de sopor y aburrimiento.

El fin de semana pasado no fue demasiado brillante que se diga, el sábado me fui a la peluquería, la misma que el año pasado, que está cerca de la estación de Nagoya central. Tras unos minutos haciéndome entender con las recepcionistas, muy de buen ver, me pasaron inmediatamente con "mi estilista", el mismo que el año pasado. Allí estuve unas tres horas..., y después del suplicio hasta tuve que pagar, ni más ni menos que 17.000 yenes, osea, 130 euros, es decir, la madre de todas las hostias. Después de la pelu, entre estertores de muerte y espasmos de mi maltrecho nonedero, se me ocurrió ir a ver una peli a un centro comercial cercano. Me fastidiaron 1700 yenes más, casi 13 euros, para ver la segunda parte de una japonesada que había empezado a ver en la tele y me había hecho cierta gracia. La lie un poco porque me confundí de sala al principio, hasta me llegé a sentar y todo, pero el hecho de que llevase ya media pelicula y que básicamente esa NO era la peli, me animó a levantarme e irme a donde debía. Ese día no tuvo mayor historia.

EL domingo tocó ir de compras. Básicamente Yukako necesitaba cosas para el piso nuevo, y nos recorrimos Matt, Daisuke, ella y yo todos los centros comerciales del centro de Nagoya. Cuando ya no les quedaba manos para comprar más, nos endilgaron las cosas y nos mandaron para casa, mientras ellas seguían comprando...

Con esto llegó el lunes, supuestamente día de trabajo para mí, por lo que hice lo de siempre: levantarme a las 6 y media de la mañana, ir a Tajimi, llegar a NIFS y..., aquello estaba desierto, ni dios. Me dio tiempo a sentarme y reflexionar..., ¿qué pinto yo aquí?, por lo que fue a ver a mi jefe con el que había hablado de venir el lunes..., no estaba..., la puerta cerrada y la luz apagada; era un hecho confirmado, acaba de serme otorgado el título de rey de los gilipollas con caracter vitalicio y hereditario. Tras montar en cólera por mi propia estupidez, no perdí un segundo en largarme a pillar el bus de vuelta para la estación, aunque claro, tenía que bajar el monte para pillarlo porque los días festivos el autobus no llega hasta allí. De nuevo la suerte se alió conmigo, ya que desde el otro lado del paso de cebra fue testigo de como el autobus se acercaba, para y se largaba, cosa que me pareció maravillosa, incluso más linda todavía cunado me acerqué a los horarios y contemplé agradecido que aquel era el último bus EN LAS PROXIMAS DOS HORAS. Cagándome en todo el panteón allá me tuve que ir a pie monte arriba para buscar la parada de otra línea, que media hora de escala después pude encontrar. La especacularidad del día acbó ahí, ya que el resto del tiempo tocó estar en casita con una fufaz visita a Yukako en su casa ya por la noche.

Martes, ayer mismo; había un plan pero se fue a la porra porque llovió, al igual que hoy. Consistía en irse de barbacoa, pero lloviendo como que se complica el tema, por lo que yo propuse hacer unas tortillas de patatas a lo que nadie puso impedimento. Eran las 6 de la tarde y me puso a cocinar, a mi ritmo. Eran casi las 8 y yo llevaba hechas dos tortillas y media, sí lo se soy un poco lento, momento en el que entra Yukako a casa y le digo, vaya eres la primera, nadie a llegado todavía. Ella me mira extrañada y dice: ¿la primera...?, es que viene alguien más....
La primera reacción podría haber sido posar mi culo en las tortilla ya hechas o arrojar por la ventana las patatas que estaba friendo, pero por suerte Yukako se justificó: no es que al final están en mi casa, vamos para allá. Con toda la molestia que supone, allá embalamos todo y no fuimos. Todavía me tocó cocinar una hora más para preparar las 4 tortillas, mientras el resto hacía takoyaki, es decir, unas bolas de masa con cosas dentro (en este caso no era pulpo lo que tenía dentro, así que de takouyaki nada de nada). Nos reunimos sobre 12 personas, entre los que había un chico chino y una chica japa que no conocía; a él me lo presentaron a ella no, pero tampoco pasa nada, era bastante chillona aunque estaba de buen ver, parecía maja. Después jugamos un rato a la Yenka (un rollo de apilar palos hasta que alguien tira la columna y la lía) y un juego de cartas donte tenía que hacer lo que te mandaba la carta ern cuestion; no salí demasiado mal parado, solo tuve que imitar a un perro, decirles a todos lo mucho que los odiaba, enseñar mi pasaporte, hacer 30 sentadillas, obligarle a NAtsuko a hacer el pino-puente y a sacarle a Shihoko un boli de entre las tetas...

Hoy miercoles, se resume el día diciendo que no he hecho nada de nada, cero patatero. Mañana a currar.

Dicho esto, adios, salud y República.

domingo, 26 de abril de 2009

Ya casi va un mes y jaleo

Jaleo, con todas las letras, porque por mucho que se diga, el roce no hace el cariño.

Argumentemos: viernes por la noche, llego a casa, cansado despues de mi jordada laboral de 13 horas, y no, no estoy exagerando, me levanto a las 6 y 30 de la mañana y hasta las 7 y 30 de la tarde no vuelvo. Lo dicho, llego a casa y me pongo a ver un rato la tele porque no tengo suficiente hambre. Poco después llega la gente, tanto Yukako como Minami, y yo me pongo a cenar tranquilamente. Al rato ellas se van, porque resulta que se van a cenar a casa de un colega, muy bien pues hasta luego, ya me quedo yo guardando la casa, no hay problema. Uno ya podría sentirse un poco desplazado ante esas circunstancias, pero uno piensa, en un puro esfuerzo froidiano autodefensivo: es normal, al colega no lo conozco y van a su casa, es lógico que, aunque yo sea su compañero de piso, no tenga ninguna razón para ir..., dejando de lado el tema de la cortesía y la educación por su puesto, porque de eso está claro que no estoy hablando, se requiere otro tipo de altura moral para esperar tales cosas de las personas, sobre todo porque Minami lleva en esta casa solo dos semanas más que yo y a ella la conocieron cuando entró también..., pero bueno, recordemos que esto en pleno esfuerzo froidiano, quedémonos con los pros que los contras..., duelen.

La conviviencia es difícil,eso había oido yo, pero no sería un problema porque al fin y al cabo, si uno pone de su parte, no hay problema que no se arregle...; error de un ingenuo, esa es la medicina perfecta para resolver los errores que uno comete, pero..., ¿cómo resolver los problemas que se inventa la gente y que tu de hecho desconoces pero pagas el pato igual...?, eso ya es más complicado. Argumentemos: primer fin de semana del menda en Japón, sábado, hago unas tortillas para que la turba coma, pero sobra porque hice bastante por lo que al día siguiente, a la hora del mediodía Minami se dispone a comer una de las tortillas que quedaba, pero yo le digo que no la coma, que las patatas iban medio crudas porque me había quedado sin aceite, que si le apetecía la invitaba a comer en el italiano que había al lado de caso (creo que a eso se le llama eduación y cortesía, pero a lo mejor estoy equivocado..., pero no adelantemos calificativos). Durante la comida, esforzándome en hablar en japonés porque ella no sabe ni palabra de inglés, resulta que cometí un terrible error; osé decir: ...Minami tienes novio..., no..., pues eres guapa..., si queires uno habla conmigo primero..., jajajaja. ¡Qué terrible error el mío!, ¡cuán imprudente puedo llegar a ser! (es irónico).

Pero a qué narices viene toda es batalla, que por otro lado ya os había contado...; pues porque de eso se deriva un mal rollo que ahora os voy a contar. Rsulta que desde aquellas yo ya notaba a Minami como distante, me evitaba, si yo estaba en casa ellas estaba en su habitación, solo salía cunado había más gente, y cuando estaba no me dirijía la palabra. Este comportamiento ya me había hecho preguntarle a Yukako si la niña era así, o si había en realidad algún problema (que yo por su puesto ignoraba). Ella se encojía de hombros, tambien le parecía raro su comportamiento, pero lo achacaba a que estaba muy ocupada y que por eso no se dejaba ver mucho. Pues vale, a mi esa justificación me vale, dando por sentado de que hacia mí no podía haber ningún problema ya que mi trato hacia ella había sido, como siempre, de una educación y cortesía ejemplares, digo más, de cariño más allá del respeto ofreciéndole unas confianzas (y digo ofreciendo que no tomando) que como desconocido no tendría porqué dar.

El jaleo estaba latente, y yo sin verla venir como siempre. Resulta que Minami le cometó a Daisuke y a Yukako el supuesto problema que ella tenía conmigo (CONMIGO), y era que yo le daba miedo básicamente, que pensaba que yo estaba detrás de ella por lo que le había dicho y que, seindo compañero de piso era algo que le molestaba, hasta el punto de ignorarme sistemáticamente un mes entero (UN MES). Días atrás me había comentado Yukako de ir hoy por la noche a cenar por ahí, supuestamente como despedida porque ella se va a vivir con su novio la semana que viene; pues muy bien, ningún problema, me gusta el plan. Ayer la acompañé a hacer unas compras a Sakae, que es el centro de Nagoya, donde hay varios centro comerciales tipo el Corte Inglés. Allá fue mi sorpresa que, tras comernos una hamburguesa ella me comenta: oye Jacobo, ¿a ti te gusta Minami?, a lo que yo contesté dando un capotazo: ¿me gusta para qué?. Ella no pilló demasiado bien el capotazo por lo que reformulé mi respuesta: ¿me preguntas si me cae bien y me gusta como amiga?, ¿o más bien tu pregunta es la obvia que yo intento ignorar porque me temo lo pero...?; sí esa. Oh dios...

Yukako me contó que Minami habíua estado hablando con ellos del tema, y que en principio, ni Daisuke ni Yukako se podían decantar por una de las parte (¿¡parte...!?, desde cuando hay partes, ¡que es esto Friends!; cuanto daño ha hecho esa serie). De hecho, la supuesta cena era para que Daisuke, Yukako y yo hablásemos para solucionar el "problema", pero que ella prefería hablar conmigo a ver si así ya se podía "encauzar" el asunto. Mi primera reacción fue echarme a reir, era demasiado absurdo para ser cierto, no estoy yo acostumbrado a tamañas mamonadas, pero bueno, tampo quise herir los sentimientos de la chavalilla en cuestión, por lo que accedí a "solucionar el problema" hablado con Minami.

Uno puede ser a veces gañan, pues sí, pero no gañan de los de verdad, de los de cachandeo, la broma, la tontería, para hacer que la gente se sienta más cómoda dándoles confianza, intentando distendir el ambiente, sobre todo cuando conoces a personas nuevas con las que se supone que vas a compartir algo más que un rato de tu vida. Ya sea porque son compañeros de piso, un colega de trabajo que te ofrece cierta confianza y a ti te apetece aceptarla, una nueva amistad que te presenta un amigo de toda la vida..., no sé..., hacer un poco el idiota en definitiva para demostrar a fin y al cabo un poco de afecto. Nuevamente error, y de los gordos, porque cuando es otro el que te juzga, de nada vale lo que uno considere apropiado o no; ya se puede ser la persona más atenta, educada o al contrario, la más molesta e impertinente..., eso da igual, porque serán los otros quienes lo den por bueno o por malo. Y así fue en este casi, se dio por malo, mi actitud aquel día fue "malinterpretada", y aquellas arenas trajeron estos lodos.

Pues llegamos a casa Yukako y yo, y ya nada más llegar nos encontramos con Minami saleindo de su habiatación, por lo que Yukao ya intercedió para "solucionar" el problema. Guardándome parte del orgullo en aras de la "convivivencia", dije: siento mucho haber molestado, no volveré a cometer el error de llamarte guapa, te pido disculpas por ello, no se volverá a repetir (la verdad es que fui lo suficientemente irónico como para que no se notase). Ella respondió algo así como: bueno, lo que pasa es que mientras vivamos juntos, una cosa así no puede suceder... (perdon..., dices que en la pelicula que TU te has montado eso en la cabeza, eso no puede suceder, digo yo).

Ahora es el moento de los calificativos, vayamos por partes:

Primera cuestion; ella no me conoce de nada, y el hecho de que yo sea extranjero eso le añade mayores connotaciones, pero aún así, yo creo que toda la gente que lee este blog me conoce lo suficiente como para saber que soy la última persona del mundo desde pues del Papa (y en una dura pugna por el último puesto), de la que esa chica debería sentirse "asustada" en esos términos..., sería como acusar a Gandi de genocida..., tenía miedo de que entrase en su habitación por la noche arma en ristre..., que le hiciese un marcaje al hombre como ciertos colegas cantabros de los que no revelaré el nombre, o que la ahogase con los densos zumos de la cortesía (perdon por la imagen, no es muy afortuna).

Segunda cuestion; el hecho de que yo no pretendo nada con ella es algo que puedo afirmar, de hecho yo sería el primero en evitar lío en mi propia casa (donde este la olla no metas la...), pero aún así, si fuese lo contrario..., en verdad sería merecedor de semejante desprecio. Desar de hablarme durante un mes por decir que es guapa, y en el caso de que así lo desease, de pedirle y ella quiese, de ir más allá de una simple amistad..., tan terrible es eso, tanto le faltaría al respeto. Desde mi modesta opinión, si se me acercase o supiese que a una chica le parezco atractivo, o incluso que albergase deseos de compartir algo más conmigo, yo me sentiría halagado y en ninguna circunstancia molesto. Si una cosa sé es que cuando alguien siente algo por otra persona, lo último que se debe de hacer es hacer daño a ese sentimiento, porque encontrar a alguien que te quiera es algo demasiado valioso y raro como para rechazarlo..., una puede no compartirlo pero al menos ten la suficiente humanidad para repetarlo. Dicho esto, defenderé como un idiota a la chica, aludiendo a su juventud (24 años), a la tontería (es hija de su tiempo) y prefieron pensar que no le soy una persona tan "impresentable" como para que merezca un trato en tal guisa.

Tercera cuestion; comprendo que la cultura es distinta, que los comportamientos y las maneras son otras pero uno no es tonto, sabe hasta donde puede llegar o no; se pueden cometer errores, sí, pero cuando se va con la prudencia y la educación por delante hay cosas que no debería sudecer, pero que por desgracia suceden. Desde el mismo día que puse un pie en esta casa mi actitud ha sido irreprochable, siempre he tratado de evitar que la gente se sintiese incomoda, ya fue una visita como una compañera de piso (no fue ni una ni dos veces las que, estando sola una visita en el salón, yo fui el que dejé lo que estaba haciendo para ir a hacerle compañía y darle un poco de conversación, cosa que tiene más que ver con la educación que con los valores que se lleven en una u otra zona del globo). Lo que está claro es que las malas costumbres anidan por igual en todas las partes del mundo, y la de creerse garante de la verdad única y verdadera comienza a ser una pandemia en este mundo; que fácil es juzgar a la gente y cuanto más fácil cuando menos la conoces. Antes de que te des cuenta, ya tiene el sanbenito y de ahí ya no te mueve nadie.

Para acabar y dejar ya de escribir, porque me voy envenenado por momentos, pongamos el cierre con un toque poético:
Oscuros son los tiempo en los que, cuanto más temes herir al projimo, tanto menos reconocen tus propios anhelos y sentimientos.

Dicho esto, adios, salud y República.

domingo, 19 de abril de 2009

De nuevo finde y tenemos plan

Y el plan se llama: vamos a Osaka a la tineda de Ikea. Puede sonar mal así a bote pronto, pero ha sido un fin de semana entretino y sobre todo curioso.

6 y media de la mañana, sábado, me levanto infernalmente pronto porque me avisaron el día anterior que salfríamos a primera hora, aunque al final no pillamos camino hasta las 8 y algo de la mañana. Osaka está a unas 3 horas en coche, pillando la autovía y teniendo en cuenta que en Japón el límite está en 100 km/h y la gente lo respeta, y como gran parte de la autovía pasa sobre puentes o altos de montañas, las curvas están limitadasa 60 km/h. La distancia vienen siendo unos 190 km/h más o menos.

La ida fue entretenida, en primer lugar porque fuimos 6 en el coche de Minami, del que podréis ver una foto, hasta que llegamos a una gasolinera a las afueras de Nagoya donde nos esperaba un colega, Takachan, con su coche. Allí nos repartimos de manera más razonable. Fui en el coche de Minami, junto con Natsuko y Shihoko.

Osaka es la segunda ciudad por tamaño de Japón, y el centro es una pasada, llena de rascacielos y casi tan metropolitana como Tokyo. Para llegar a Ikea atravesamos el centro y es una pasada, de hecho Minami también estaba entantada la mujer porque no había estado nunca por allí.

Llegamos a Ikea y allí nos reunimos con una chica de Kyoto que se llama Ako, muy maja. Nada más llegar a Ikea comimos, en el buffet que tienen a la entrada, y luego nos pusimos a mirar la exposición de mueble. Yo no tenía nada que comprar pero Yukako y Daisuke se hincharon; así luego volvieron los coches hasta los topes.

Se hizo ya media tarde cuando acabamos con Ikea, y la gente decidió ir a mirar tiendas de ropa en la zona "fashion" de Osaka, muy al estilo de Oshu Kannon. Tampoco encontré nada que me llamase la atención. Después nos fuimos a cenar a una zona céntrica de restaurantes, y entramos en uno donde hacían Okonomiyaki, una especie de tortilla pero sin patatas y con verduras. Una pasada, porque las mesas tenían una especie de sartén donde los camareros freían allí mismo la comida. Interesante y muy rico, tampoco caro.

Se hizo tarde, eran eso de las 10 de la noche y en teoría nos quedaba un viaja de regreso, pero resulta que Daisuke es de Osaka, y nos dijo que si queríamos pasar la noche en su casa y conocer a la familia. Allá nos fuimos. Fue muy entretenido, sobre todo a la hora de dormir porque fue al más puro estilo camping, forramos toda la habitación con futones y allí dormimos cinco: Daisuke, Yukako, Minami, Shihoko y el menda (Natsuko ya no estaba porque había quedado con unos cologas; ella estudió en la universidad de Osaka).

La familia de Daisuke fueron muy amables; son dueños de un restaurante y nos invitaron a comer y todo.

Después de comer, a eso de las 12 y algo, ya nos volvimos, y a eso de las 2 y media llegamos a Nagoya. De camino vimos un accidente, un coche volcado del otro lado de la autovía; el japo estaba bien, pero tenía cara de susto el pobre.

Nada más llegar, subir la cosas y adecentarse un poco, me fui a comprar ropita que me estaba haciendo falta. Hoy como que no me apetece, pero otro día le saco una foto para que la veáis y me digáis si os gusta o no.

Dicho esto, adios, salud y República.

Sorpresa de última hora: se me ha ofrecido jugar en un equipo de FUTBOL, os mantendremos informados del despropósito.

Fotillos varias:

Yukako y Takachan en el restaurante de Okonomiyaki


De izquierda al otro lado: Shihoko, Ako, Minami y Daisuke (en el restaurante)


Camping en casa de Daisuke (Los brazos sin troco son de Minami)


Daisuke, hermano y primito en el restaurante de la familia


Foto de pandilla en el restaurante de la familia Kotobuki (a algún friki le sonará ese apellido por cierto manga, pero estos no son polis)


La panda frente al restaurante


Papis y mascotas de Daisuke, y Yukako también.


El carro de Minami, donde llegamos a ser 6 (ojo que pillaba los 120 eso sí, cuenta abajo)

lunes, 13 de abril de 2009

Segundo finde, que no decaiga

Realmente el tinglado ya empezó el jueves, que se vinieron unas colegas a cenar y a ver una peli, ni más ni menos que "la vida es bella" en versión original subtitulada en japo. Varias acabaron llorando abrazadas a mi..., bueno llorar si que lloraron pero el resto como que no. Ciertamente ese día no tuvo mucha más historia, pero fue agradable.

Con esto llegamos a sábado, me levanto no antes de las 10:00 de la mañana y me voy a la estación a pillar el bono de metro para tres meses. Sin mucha novedad, eso sí, necesité una ayudita para escribir todo el panfleto por aquello de que había solo dos opciones de escritura: japonés por las buenas o por la malas. De vuelta, ya casi medio día, Yukako me comentó, una de mis compañeras de piso, que Matt, su novio, e Ian, un colega, venían preparado para irnos de pachanga de basket. Dicho y hecho, allá nos fuimos a una pista bajo uno de los frecuentes puentes que cruzan las ciudades de lado a lado. Era una pista pequeña, con una canasta algo chunga, y estaba toda llena de chinos; curioso, se ve que tiene más pegada por chinolandia el basket que por japan. La pachanga no tuvo mucha historia, que pa qui, que pallá..., y para casa; no me dio ni para cnasarme la verdad, modestia aparte, ejem.

Llegó el sabado por la noche y la gente está animada, y nos decidimos, bueno a mi en realidad me llevan, a un macro complejo de juegos al más puro estilo japo. Un pedazo de edificio de diez plantas dedicado única y exclusivamente al ocio. Había karaoke, sala de juegos de todo tipo, bolera, beisbol virtual..., la de dios. Esta vez, porque habrá más, nos dedicamos al béisbol, bolos, sacarnos fotos al puro estilo japo (estas que luego son pegatinas, las míticas) y alguna que otra maquinita. En resumen decir que doy asco al béisbol, de 20 bolas no le pegué ni a una, aunque en los bolos me resarcí un poco, pero solo un poco. Eran casi las tres y media de la mañana y para casa (eso en japón es casi trasnochar).

Domingo, 10:00 de la mañana, dolor, mucho dolor, pero hay que levantarse que tengo que ir a Sakae, el centro de Nagoya, a pillarme el móbil de prepago. Para allá me voy, con alguna problemilla para dar con el sitio, de hecho di una buena vuelta (la vuelta fue brutal, y solo os diré que pasé por delante de Zara y no estaba precisamente de camino). La dependienta muy maja, y no diré lo de guapa porque se sobreentiende. Con todo el jaleo no llego a casa hasta las 2 de la tarde. Por la tarde, se me ocurre una brillante idea y la llevo a efecto: me pillo la play 3 japonesa..., a que eso no os lo esperabais así de golpe. Pues sí, eso hice. Y para que veáis que no acaban las sorpresas ahora os diré que:

dicho esto, adios, salud y república.

Fotillos:

Nacios pa bolear


CHUZZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA


Yalando se ha dicho: Matt, Yuka y Daisuke

martes, 7 de abril de 2009

Fin de semana y demás

Tras lo del viernes el fin de semana pasó sin pena ni gloria, en primer lugar porque llovió todo el finde y porque tampoco había ningún plan, así que tuve que quedarse en casa. Bueno en realidad miento como un bellaco, ya que el sabado por la noche se me ocurrió decirle que yo haría la cena, ni más ni menos que tortilla de patatas. Eso puede parecer poco emocionante, pero si soy yo quien ejecuto la obra, todos entenderéis que el tema toma tintes dramáticos (pero por suerte solo yo era consciente de ello, y me daba igual).

Fui después de comer al super, pille unas patatas (que venían en bolsitas de 4), tomates cherry, huevos y ya, que el resto estaba en casa (incluso el aceite de oliva que había por allí un frasco). Poco a poco la gente fue llegando y eran ya las 6 de la tarde cuando me puse manos a la obra. La verdad es que iba todo bien, pelé las patatas, las lavé, las corté, calenté el aceite, piqué la cebolla y el pimiento, lo eché a freir, añadí un poco de sal, preparé la fuente con huevos un leche batidos, luego lo junté todo, lo devolví a la sartén, fui a darle la vuelta..., la tortilla se escurre y se va por el fregadero pa bajo..., nOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, la hemos cagado.
Tranquilos, que no cunda el pánico, todavía tuve tiempo para preparar 4 tortillas más, de rajarme el dedo un par de veces y de que todo el mundo probase la dichosa tortilla. A final de cuentas no salió tan mal, porque solo sobró una tortilla, la última, que por suerte nadie comió porque las patatas iban medio crudas porque me quedé sin aceite, pero eso fue algo bueno como luego os contaré. Sin más historia cansado de tanto chatarrear, me piré a la cama.

Llegó el domingo, y qué hago?, son las 12 de la mañana..., lo primero llenar el buche. Nada más ducharme me encuentro con Minami que la pobre estaba calentando lo que quedaba de la tortilla, a lo que yo me negé explicándole que auqello no había quien lo comiese, por lo que, agudo de mi, le propuse si se venía a comer conmigo a un restaurate italiano que había al lado de casa (que todos sabemos cual es porque tengo alguna foto dentro del año pasado). Ella aceptó, y allá nos fuimos. Fue agradable, tomamos unos espaguetis, un trozo de tarta y le pedí si me podía acompañar a comprar algo de ropita. Sin daros mayores detalles solo decir que me pillé unos vaqueros. Luego ya nos volvimos para casa, donde estaban Yukako y otra amiga.

El finde no tiene mucho más que contar.

Hasta hoy jueves, poco más puedo contar, bueno tal vez que el lunes volví a Tsurumai por la noche de Hanami, y conocí a varios chicos extranjeros que también andan por Nagoya. Lo más curioso de todo fue que cuando llegué un chico estadounidense y una japonesa estaban intentando hablar en español; los deos había estudiado algo de español y habían estado por la patria. Gente maja.

Otro día más.
Dicho esto, adios, salud y República.

Fotillos:

Aunque no lo parece, soy el único no pedo


Dios los cria...


Demás colegas:

viernes, 3 de abril de 2009

Pasemos a la acción

Para evitarnos rollos innecesarios, pasemos a contar cosas interesantes, que del tema del viaje ya me he aburrido. Os puedo contar que hoy me han sacado de paseo, hemos ido de Hanami, o lo que es lo mismo, a comer y a beber, sobre todo beber, bajo los cerezos en flor. Lo cuento por pasos.

Eran las 9 de la noche cuando vino a casa Naoko, una aimga de Yukako, para buscarme e irnos al parque de Tsurumai de Hanami. El año pasado ya había ido pero esta vez fue otro rollo. Nunca en mi vida vi tanto japo andando a 4 patas, había más gente pedo que cuerda, era como un macro botellón pero a lo kamikaze. Además de Naoko había dos chicas más, y luego se unieron Yukako y el novio. Fue divertido, sobre todo a la hora de volver, ya que la gente llevaba una tranca de espanto. Alguna de ellas no podía a penas andar, en parte por culpa de los tacones que llevaban. Al final Naoko me acompañó hasta casa, como dijo Yukako: no te preocupes que ella te cuida, juju, y así fue...; no penséis mal, o demasiado bien, no le hice nada. Ahora pensaréis, ya está este otra vez cagándola, pues no, aunque bueno la verdad es que me vino diciendo por el camino que le parecía muy guapo, y la pobre tenía que agarrarse a mí del pedal que llevaba, pero bueno, no me aproveche de situación, los tontos somos así (a pesar de que alguien del grupo soltase, como quien no quiere la cosa: oye Hakobu, acustate con ella, allí dentras de los setos. Aunque no lo creáis ha sido una traducción fidedigna; vivir para ver.

Para que veais que no miento, allá va el reportaje gráfico, con algunos añadidos:

NAoko y menda


Las otras dos coleguitas que no me acuerdo del nombre:

Yukako y novio


Juriette, hermana de Yukako



miércoles, 1 de abril de 2009

Resumen del viaje, parte 2

Japón, 9 y poco de la mañana, paso el control de adauna, pillo la maleta y me monto en el tren de camino a Kanayama, 金山. Allí busco una cabina y llamo a Yukako para prevenirla de que ya he llegado, que alguien vaya a buscarme a ser posible. Pillo un taxi y de camino a Ohsu Kannon; al principio el taxista no me entendia: ohsu kannon syoumen made onegai shimasu, pues el tio no me entendió y me llevo a otro lado. Por suerte ya conocía el sitio y le dije que ese no era; despues de una breve pero intensa discusión cayó de la burra y me llevo al sitio correcto. Suelto la pasta y allí estoy delante del templo, esperando a Daisuke, tema problemático porque no tenía ni idea que pinta tendría en persona. Como es lógico, la consecuiencia de no lograr reconocer a quien me espera, es darse unas cuantas vueltas hasta llamar de nuevo a Yukako para decirle: mira va a ser más fácil que me salga a este sitio en concreto, y el extrajero que vea soy yo, vale?.

Pocos minutos después, en el lugar convenido apareció un chico que me miró con cara de estar buscando algo, y dijo en voz baja: Hakobusan ka..., a lo que yo asentí y le di dos besos y un fuerte abrazo..., uso da, acordaros que ni abrazos ni besos no me seáis palatuelos. Esperaba tener todavía que caminar un poco hasta llegar a casa, pero resulta que ya nos metimos en el primer portal que había en una de las calles paralelas. Realmente estoy "delante" de Ohsu Kannon; si me tiro del balcon caigo encima, lo que es muy bueno, sobre todo porque tengo toda la calle comercial al lado y eso es una pasada, estoy en mitad de la pomada.

Pues llego a casa, septimo piso, me meto dentro pero..., problema, la entrada es pequeña y esta lleva de zapatos; mi reacción fue lenta y poco o nada precisa, me limito a tirar con la maleta el mueble donde los pobres tenían los zapatos..., toma estreno..., para que vayan sabiendo con quien se juegan los cuartos.

Tras la "desfeita" inicial, dejo la entrada sin tirar ni romper nada más, y me recibe una chica de pelo rubio platino corto, evidentemente teñido, que me mira con cara de susto y dice: oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo, tekai sugiru!!!!!, osease, menudo cachalote acaba de entra por la puerta!, cosa más grande habrase visto!; no vamos ganar pa darle de comer al menda!!!!!! (bueno tal vez la traducción sea un poco libre pero cumple su función). La chica en cuestion es la hermana pequeña de Yukako, muy maja, que al igual que Daisuke no hablan una sola palabra en inglés (lo que es una buena noticia aunque no lo parezca).

Antes de nada, presentaciones, y a continuación, me enseñan la habitación. La verdad es que me sorprende gratamente: esta limpia, es grande, tiene cama..., muy bien la verdad.

Bueno gente esto ya se está extendiendo demasiado, dejemos más detalles para la proxima.
Dicho esto, adios, salud y República.

Fotos de la casita:

Mi habtación


El salon-cocina-comedor-paloquehagafalta (con Juliette en medio):

martes, 31 de marzo de 2009

Resumen del viaje, parte 1

No se porqué pongo parte 1 la verdad, pero bueno. Pues el viaje fue, para resumir, una pasada. Una pasada porque he tenido un suerte enorme, y yo no estoy acostumbrado a que salgan las cosas tan bien, ya que por experiencia lo que me suele suceder es que me pierdan las maletas o se me retrasen los vuelos hasta casi perder la conexión; pero esta vez fue todo sobre ruedas.
Vayamos por partes, como dice el buen Jack the ripper. Nada más llegar a la T4 no fue difícil encontrar el check-in the FinAir, principlamente porque hay un cartel enorme que lo indica a la entrada, y porque vi una fila de japones que, o estaban de procesión adelantada de Semana Santa, o esperando a facturar las maletas. Todo sobre ruedas, dejo las maletas, veo a la selección juvenil japonesa de fútbol, alguna abuelilla japa montándola y para el avión.

Me tomo un descafeinado, zumito de naranja y pastelillos varios, como un señor, y me voy a la puerta de embarque. Ni un segundo de retraso, perfecto, muy mal se tienen que dar las cosas para no llegar a la conexión, ya que hay una diferencia de casi 2 horas. Me monto y surge el primer problema, no hay sitio para guardar el portátil, pero no pasa nada, una pedazo de rubicunda finlandesa me echa una mano y logro embutir la maleta. Recordadme que me pase unos día por el norte de Europa, no hay sitio mejor para hacerse apasionado de la escultura que donde uno este rodeado de monumentos.

Pero vamos, no es para tanto, pensaréis, mucho decir que el viaje fue genial pero nada de nada; pues no, porque resulta que nada más sentarme en el asiento me fije en un chico que pasó a mi lado, cuya cara me resultó conocida. Decir conocida es poco, era un clega del master, cuando me fije un poco me di cuenta al momento. Es poco frecuente encontrarse a alguien conocido a un vuelo aFinlandia, pero que además se siente a tu lado, eso ya entra dentro de la coincidencia absurda de pelicula mala. Una vez más la realidad supera a la ficción. Un raro, hablando, otro rato durmiendo, y otro aguantando las ganas de matar por culpa de la pavita que teníamos delante que roncaba como una becerra, se pasaron las 4 horas y media de viaje rapidisimo.

En Finlandia nos encontramos, rodeamos de nieve como debe de ser. Mi vuelo no espera y me tengo que despedir de mi colega que se quedará unos días por temas de trabajo, ya me encamino a la puerta de embarque, sin ningun problema porque ya nos la anunciaron antes de aterrizar. La encontré sin ningún problema, el aeropuerto de Hensilki, mal escrito, cabe en el bolsillo derecho de la T4 (para los que vayan en breve a Nagoya les doy una pista: los vuelos de largas distancias salen de las puertas 31 a 33).

El embarque en el siguiente vuelo va sobre ruedas, a su hora, sin apelotamientos, veo a la selección japones juvenil de baloncesto (curioso), y me monto. Antes de estar dentro me fijo qe tengo un número de asiento muy bajo, el 6J, y pienso: vaya, estos números corresponden normalmente a los asientos de primera, porque son los que están delante en el avión. Como yo de turista no subo, mi primera intención fue meterme con toda la peña en la zona de "economic class", per para mi sorpresa, reparé en que los números empezaban en el 20. Pero que pasando aquí. Agarro el portatil y me lo echo al hombro, remontando avión arriba esquivando os astucia y nervio para uno de los japos que me iba encontrando por el camino; uno, dos, tres..., lo estaba dando todo cuando encontré la panacea hecha asiento. Allí estaba, relucía como el mismisimo lucero del alba..., sus formas sinuosas, su tez suave y aterciopelada...; creo que llore, allí arrodillado a los pies de mejor asiento que había visto jamás, fue un enamoramiento a primera vista. Tras frotarme los ojos hasta casi arrancarmelos, y comprobar 4 o 5 vees que no me había confundido, simplemente me senté...; un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, aquello era otro nivel: asiento individual, reclinable hasta convertirse en una cama, televisión individual, mando a distancia incorporado, posibilidad de ver peliculas recien salidas en el cine, videojuegos, videos musicales, series de todos los gustos y colores...; todo, absolutamente todo. Solo dire una cosa, estaba tan bien que cuando llegamos no me quería bajar, den hecho, ni me enteré del viaje y eso que fueron 10 horas..., en dos palabras, espectacular.

Pues vale, ya estamos en Nagoya después del viaje de mi vida. He de decir que pasé algo de miedo en el vuelo, por una sencilla razón, estaba saliendo todo demasiado bien, y eso no era normal; realmente pienso que en estos casos toda la mala suerte viene de golpe..., hubiese apostado a que el avión se iba a caer a mitad de camino, la densidad de fortuna cerca mía era ya demasiada.

Bueno, como no quiero aburriros, dejo el resto de lo que pasó ese día para la próxima entrada, cosas como el encuentro con los compis del piso y el propio piso. Pues eso, os dejo en el intringulis como el los viejos tiempo. Mañana más en el mismo canal y a la misma hora.

Dicho esto, adios, salud y República.

QUE NOS PIRAMOS CHAVALES! AHÍ OS QUEDÁIS

domingo, 29 de marzo de 2009

Ya estamos de vuelta chavales

Pues ya estamos aquí otra vez, dispuesto y preparado para montarla en Japan, eso sí, esta vez la cosa promete todavía más que el año pasado...; y os preguntaréis por qué, pues muy fácil, porque mi vida de hermitaño se ha acabado.
Para todos aquellos "afortunados" que el año pasado seguieron fielmente mis peripecias, recordaréis el terrible lugar en el que estuve decluido, junto a las ovejitas, allí en lo alto del monte..., pero se ha acabado, BIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEN, me voy a vivir a Nagoya, a la misma pomada.

Pero pensaréis, este va aquí de guai pero nada de nada, como el año pasado, mucha casita en Nagoya pero de casa al curro y del curro a casa; pues no, porque este año me van a sacar de paseo, me voy a ir a vivir con tres japonesitas bien majas, que seguro sabran aguantarme, llevarme de juerga y demas cosas para que al fin pueda hacer algo de vida de verdad en los japones.

Puedo prometer y prometo, que nada más llegar a Japón sacaré fotos de mis compis y del cubiculo donde moraré los proximos meses.
En resumen, espero que este año no tenga tiempo para escribiros, cosa de la os alegraréis si es que de verdad me queréis un poquito, porque el lema será: YES WE CAN.

Saludos cordiales, salud y república.

He dicho.

Añado cierta fotografia que no dejará a nadie indiferente.



YES WE CAN