martes, 7 de abril de 2009

Fin de semana y demás

Tras lo del viernes el fin de semana pasó sin pena ni gloria, en primer lugar porque llovió todo el finde y porque tampoco había ningún plan, así que tuve que quedarse en casa. Bueno en realidad miento como un bellaco, ya que el sabado por la noche se me ocurrió decirle que yo haría la cena, ni más ni menos que tortilla de patatas. Eso puede parecer poco emocionante, pero si soy yo quien ejecuto la obra, todos entenderéis que el tema toma tintes dramáticos (pero por suerte solo yo era consciente de ello, y me daba igual).

Fui después de comer al super, pille unas patatas (que venían en bolsitas de 4), tomates cherry, huevos y ya, que el resto estaba en casa (incluso el aceite de oliva que había por allí un frasco). Poco a poco la gente fue llegando y eran ya las 6 de la tarde cuando me puse manos a la obra. La verdad es que iba todo bien, pelé las patatas, las lavé, las corté, calenté el aceite, piqué la cebolla y el pimiento, lo eché a freir, añadí un poco de sal, preparé la fuente con huevos un leche batidos, luego lo junté todo, lo devolví a la sartén, fui a darle la vuelta..., la tortilla se escurre y se va por el fregadero pa bajo..., nOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, la hemos cagado.
Tranquilos, que no cunda el pánico, todavía tuve tiempo para preparar 4 tortillas más, de rajarme el dedo un par de veces y de que todo el mundo probase la dichosa tortilla. A final de cuentas no salió tan mal, porque solo sobró una tortilla, la última, que por suerte nadie comió porque las patatas iban medio crudas porque me quedé sin aceite, pero eso fue algo bueno como luego os contaré. Sin más historia cansado de tanto chatarrear, me piré a la cama.

Llegó el domingo, y qué hago?, son las 12 de la mañana..., lo primero llenar el buche. Nada más ducharme me encuentro con Minami que la pobre estaba calentando lo que quedaba de la tortilla, a lo que yo me negé explicándole que auqello no había quien lo comiese, por lo que, agudo de mi, le propuse si se venía a comer conmigo a un restaurate italiano que había al lado de casa (que todos sabemos cual es porque tengo alguna foto dentro del año pasado). Ella aceptó, y allá nos fuimos. Fue agradable, tomamos unos espaguetis, un trozo de tarta y le pedí si me podía acompañar a comprar algo de ropita. Sin daros mayores detalles solo decir que me pillé unos vaqueros. Luego ya nos volvimos para casa, donde estaban Yukako y otra amiga.

El finde no tiene mucho más que contar.

Hasta hoy jueves, poco más puedo contar, bueno tal vez que el lunes volví a Tsurumai por la noche de Hanami, y conocí a varios chicos extranjeros que también andan por Nagoya. Lo más curioso de todo fue que cuando llegué un chico estadounidense y una japonesa estaban intentando hablar en español; los deos había estudiado algo de español y habían estado por la patria. Gente maja.

Otro día más.
Dicho esto, adios, salud y República.

Fotillos:

Aunque no lo parece, soy el único no pedo


Dios los cria...


Demás colegas:

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