jueves, 8 de mayo de 2008

Algo que tenía ganas de hacer de una dichosa vez

Pues yo pensaba que podía ser interesante, aunque ahora entiendo porqué mi colega Lee estaba poco animado respecto a mi ocurrencia. Esto ya se lo había comentado antes de ir a Kyoto y ya puso cara rara, y por el gesto que me hizo indicando lo que el pensaba que era mi intención, me resultó ciertamente sospechoso; no sabía yo que eso tenía ese significado en Japón.

Era el segundo día en Kyoto, por la noche, justo después de cenar y de despedir a los dos colegas de Lee en la estación. El día anterior ya le había hecho la misma propuesta, aunque el aludiendo al cansancio la declinó de inmediato, aunque no insistí tampoco demasiado, porque realmente con el trajín del viaje y la caminata con las maletas hacia el hotel, para luego recorrernos medio Kyoto a pie, había sido realmente agotador. Comprendía que no quiese hacer nada el viernes, por lo que deposité mi esperanza en que tal vez el sábado, es decir hoy, estuviese más animado para hacerlo; al fin y al cabo no es algo tan raro, no le estaba pidiendo tampoco un esfuerzo tan grande, aunque esto siempre depende de la persona y sus incinaciones respecto a estos temas.

Finalmente tras insistir veladamente, accedió a mi razonable petición, aunque realmente las circunstancias no eran las mejores porque estabamos poco presentables tras otro día de ronda, y hacer eso en ese estado no suele ser lo más recomendable, por pura higiene...

Antes de que alguien empiece a pensar algo extraño, que hay muchas mentes oscuras al otro lado de esta pantalla, dejar claro que mi intención era la de salir de noche de juerga. Jaja, seguro que ya había provocado algún mal entendido.

Las cosas aquí en Japón funcionan de forma distinta, salir de noche aquí es distinto a hacerlo en España, prinipalmente porque las cosas que en español tienen un significado no tienen porqué coincidir con el que le dan los japoneses; me explico contextualizando los hechos.

Al final Lee acabó aceptando una visita a la zona comercial de Kyoto, ya que en los alrededores está la zona de marcha. Pues dicho y hecho, subimos al autobús y en veinte minutos estabamos en el lío. Me había preocupado de buscar en internet garitos, y me había quedado con un bar irlandés típico que seguro que estaba lleno de extranjeros, además de japoneses, para facilitar el primer contacto ya que al fin y al cabo nosotros éramos solo dos, y la juerga mejoraría si pudiesemos añadir a alguien más algrupo, en especial componentes femeninos.

Allí esta, a la entrada de la calle en cuestión, llena de gente de todas las edades, codiciones, razas, sexos y tipos sanguineos. Comencé a caminar, observando algún garito tipo pub/bar/disco para tomarle algo para ir entrando en ambiente. Tras un rato mirando, decidí por meter la cabeza en un garito bien iluminado, aparentemente el mítico pub de toda la vida. Allá me voy yo todo chulo, echao pa lante como todo buen español, hasta que Lee, por suerte, que agarró y me dijo (versión dramatizada):
-¿Eres lejanamente consciente de donde te vas a meter alma cándida?
A lo que yo contesté:

-Pues en principio..., no; pero espero enterarme ahora.
Lee señaló el cartel que como buen español echao pa lante no había leído. en el ponía algo así como: 30 minutos 6.000 yenes (40 euros). Los típicos rosetos de mis pómulos se tornaron en palidez y congoja, mientras pensaba para mi:

-Cago en la hostia que casi me meto en una casa putas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Podéis pensar, y no os culpo, que soy algo tonto del culo por meterme por calles raras; el problema es que no era una calle rara, era una calle principal que estaba atestada de esos garitos, por donde paseaban niños con sus mamas, viejestes con sus tacatás y Hakobu Wentsu con su cara de merluzo, asustado al empezar a enterarse de que no tenía ni puñetera idea de como salir en Japón; un poco tarde para caer en la cuenta.

Después del susto, y juro que no se me pasó ni por un segundo por la cabeza entrar en esos sitios, por puro orgullo, intenté encontrar algún otro garito "normal" o al menos donde no hubiese que seleccionar hembra a la entrada (más tarde contaré el exacto funcionamiento de esos lugares, que no le falta coña al tema). Estuve recorriendo la calle de arriba abajo y paralelas durante casi una hora; realmente me sentí imbécil; del irlandés ni rastro, aunque si que encontré unos sitios, edificios de varias plantas, que anunciaban en carteles diversos bares y pub, cada uno más sospechoso para mi bolsillo y dignidad que el anterior, en primer lugar porque para acceder a ellos había que subir escaleras empinadas tipo escaleras de emergencia, y luego te encontrabas con garitos de cristales tintados, impidiendo adivinar que te podía esperar dentro, motivo suficiente como para que yo mantuviese la cautela de no entrar, más que nada para evitar cagarla otra vez.

La desesperación crecía por momentos, por lo que acabé por decidir entrar en el lugar más normal que encontre, una especie de bar/cafetería; lo mínimamente decente que me pedía mi prudencia en ese momento, algo distorsionada por el agonía de verme rodeado de chavalas guapas que no sabía donde se metía (me refiero a las no putas, esas si que las tenía localizadas, por desgracia...). Me dispuse a estrar, eché mano a la puerta para abrir cuando de nuevo escuché la voz de Lee decir (versión cómica)
-Oye merlucín, ¿qué pasa que todavía no te ha llegao por hoy?. Anda, hadle un favor al mundo y fíjate en ese tablero con chapitas con números dibujados.
Yo me fijé, demostrando mis dotes de observación al responder:
-¿Qué chapas?

Lee que arreó una colleja (falso pero queda gracioso), y me dijo:

-Pues las que no hay porque ya están pilladas por los clientes que están destro del bar ocupando todas las mesas del garito. Pringao.

Tras esa última experiencia desistí. Por primera vez desde que llegué a Japón me sentí que no sabía ni que hacer ni como comportarme; la conclusión era obvia, no sabía como moverme por la noche japonesa, porque hace falta un master o eso me pareció. La proxima vez, o salgo con guía japonés o me quedo en la cama, por mucho que me quede sin ver a las espectaculares churrir que deambulaban por los alrededores. Otro día contaré la batalla que involucró al menda, una rubiaca y a un Lee con ganas de volver para el hotel; tenía que haberlo dejado volver solo, a veces por ser buen colega que paso de tonto, pero bueno, allí la deje a la pobre, con esa miradita linda..., q ue dolor..., las cosas que uno deja pasar sin a penas darse cuenta, cupido de mi.

Después de esta sarta de paridas, pongamonos serios por un momento. Lo digo porque ahora toca hacer un análisis riguroso, eso es, voy a contaros con reportaje gráfico incluido, lo que es un bar/pub para los japos. Si algunas vez vais a Japón y encontráis un garito grande, tipo discoteca, bien iluminado, fashion, con porteros elegantemente vestido, en mitad de la zona de marcha; y si por alguna razón decidís husmear por las cercanías, y encontráis que en la entrada hay carteles (aunque no sepáis leerlos), con numeritos y fotos de chicas, por favor..., sospechad. En esos garitos en cuestión, al entrar, tienes que elegir una chavala pagando del orden de 6.000-10.000 yenes por 30 minutos /1 hora, pagar tus copas y sus copas a precio de oro, y luego, si es que a ella le da por ahí, te puede proponer algo más, y ese algo más, por supuesto, es echar un casquete. Tras sajarte en el garito, si cometes el error de aceptar porque hay gente para todo, o con necesidades que se escapan de la cordura, tendrás que pagarle el servicio y la habitación del hotel, que encontrarás en la misma zona de marcha (supongo que para ahorrarle tiempo a las muchachas y "optimizar su jornada laboral).

Como he dicho, dispongo de reportaje gráfico, obtenido de una guía de "diversiones nocturnas" que encontré casualmente en uno de los cajones de mi habitación en el hotel. Aquí va.

Si podéis ampliar la foto en el blog, observad el nombre que recibe la "sección" de la guía.


Otro página donde ya muestran el ganao, pa animar a los indecisos (si amplías hasta puedes ver los precios y todo, polvos a parte supongo)


1 comentario:

Alberto Valencia dijo...

Un gallego y un chino yendo de putas por Japón... si es queeee...jejejeje. No sabienod el sitio es difícil por dónde salir, yo fuí a Cuenca y no sabía la zona de garitos pues imagínate allí.
En fin Serafín. Pensaba que te cepillarías al Lee. JEJEJEJEJE. Pero te podría haber acompañado alguien para mostrarte la ciudad.