Nada más salir lo primero que me resultó curioso era la legión de chavalas que había, un mogollón muy superior a lo que se puede considerar normal. De hecho, muchas de ellas portaban carteles de cartón donde estaba escrito algo así como vendo o compro entradas. Tras esperar por los desaparecidos (en realidad era yo el desaparecido involuntario) durante un cuarto de hora pensé que, ya que estaba en Osaka, pues a patearmela que eso de buscarme la vida estaba últimamente al orden del día. Andando andando la densidad de chavalitas aumentaba exponencialmente, alcanzando una masa crítica de histerismo coleccitvo cuando me planté delante de una especie de auditorio con foma de domo. Ahhora ya tenía una explicación, el clásico grupo de chavalitos danzarines actuaba hoy, arrastrando a cientos de miles de centímetros cúbicos de tierna carne jovenzula a depositar sus ahorros en las taquillas. No de detuve ni un segundo, ya tenía asumido que hoy tocaba castillo, y en cmaino me puse.
Empezó a lloviznar, cosa complicada si no tienes paraguas aunque por suerte fue intermitente, dándome tiempo a llegar hasta la entrada del castillo, haciendo fila durante unos minutos para comprar la entrada. Fue curioso que cuando estaba a punto de comprarla una voz me llamó, diciendo:
-Pilla tres anda...
Allí me aparecieron Lee y el colega. Al final nos encontramos aunque tampoco era tan difícil, el castillo era parada obligada. Fotos más tarde.
Tras patearnos el castillo, fuimos hasta la zona comercial de Osaka y nos recorrimos algunas calles; lo normal, tiendas, tiendas y más tiendas. No duramos mucho por allí, tomamos el tren de camino a la universidad de Osaka bastante pronto porque ya era algo tarde.
De la universidad poco que contar; no pudimos ver a penas nada porque ese día estaba cerrado casi todo. Al menos nos enseñó su despacho, que como el de todo buen físico, era la personificación del caos.
Luego fuimos a ver lo que queda de la expo de Osaka, y estuve frente a la torre del Sol y en el museo eetnológico; verdaderamente espectacular.
La casa del colega de Lee quedaba cerca, y nos dijo que nos invitaba a cenar. Nos preparó pollito, gambitas rebozadas y sopita de verduras; muy rico. Hay fotos.
Luego ya nos volvimos, era bastante tarde y había que volver a Kyoto. Así se acabó el día.
Castillo de Osaka
Vistas desde el castillo:
El Jacobiano en la univerdad de Osaka
Torre del Sol, por detras (Entré y pude ver la cara de amigo...). Eso ha sido una coña friki, perdón.
Casa del colega de Lee, zampando.
Dicho esto, adios, salud y República.
3 comentarios:
En la foto que sales pareces más delgado, cuando vengas a España tu tía te va a poner a comer para que te pongas hermosote.
El colega tuyo, Lee, no le soples mucho que se lleva el aire.
Un saludo
Este comentario es para esta entrada y la anterior.
1º) Qué es eso de una rubia y que preferiste a compañar a Lee!!!
2º) El castillo está chulisimo :)
Hola, buen blog!
un saludo amigo de los berberechos.
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