domingo, 19 de abril de 2009

De nuevo finde y tenemos plan

Y el plan se llama: vamos a Osaka a la tineda de Ikea. Puede sonar mal así a bote pronto, pero ha sido un fin de semana entretino y sobre todo curioso.

6 y media de la mañana, sábado, me levanto infernalmente pronto porque me avisaron el día anterior que salfríamos a primera hora, aunque al final no pillamos camino hasta las 8 y algo de la mañana. Osaka está a unas 3 horas en coche, pillando la autovía y teniendo en cuenta que en Japón el límite está en 100 km/h y la gente lo respeta, y como gran parte de la autovía pasa sobre puentes o altos de montañas, las curvas están limitadasa 60 km/h. La distancia vienen siendo unos 190 km/h más o menos.

La ida fue entretenida, en primer lugar porque fuimos 6 en el coche de Minami, del que podréis ver una foto, hasta que llegamos a una gasolinera a las afueras de Nagoya donde nos esperaba un colega, Takachan, con su coche. Allí nos repartimos de manera más razonable. Fui en el coche de Minami, junto con Natsuko y Shihoko.

Osaka es la segunda ciudad por tamaño de Japón, y el centro es una pasada, llena de rascacielos y casi tan metropolitana como Tokyo. Para llegar a Ikea atravesamos el centro y es una pasada, de hecho Minami también estaba entantada la mujer porque no había estado nunca por allí.

Llegamos a Ikea y allí nos reunimos con una chica de Kyoto que se llama Ako, muy maja. Nada más llegar a Ikea comimos, en el buffet que tienen a la entrada, y luego nos pusimos a mirar la exposición de mueble. Yo no tenía nada que comprar pero Yukako y Daisuke se hincharon; así luego volvieron los coches hasta los topes.

Se hizo ya media tarde cuando acabamos con Ikea, y la gente decidió ir a mirar tiendas de ropa en la zona "fashion" de Osaka, muy al estilo de Oshu Kannon. Tampoco encontré nada que me llamase la atención. Después nos fuimos a cenar a una zona céntrica de restaurantes, y entramos en uno donde hacían Okonomiyaki, una especie de tortilla pero sin patatas y con verduras. Una pasada, porque las mesas tenían una especie de sartén donde los camareros freían allí mismo la comida. Interesante y muy rico, tampoco caro.

Se hizo tarde, eran eso de las 10 de la noche y en teoría nos quedaba un viaja de regreso, pero resulta que Daisuke es de Osaka, y nos dijo que si queríamos pasar la noche en su casa y conocer a la familia. Allá nos fuimos. Fue muy entretenido, sobre todo a la hora de dormir porque fue al más puro estilo camping, forramos toda la habitación con futones y allí dormimos cinco: Daisuke, Yukako, Minami, Shihoko y el menda (Natsuko ya no estaba porque había quedado con unos cologas; ella estudió en la universidad de Osaka).

La familia de Daisuke fueron muy amables; son dueños de un restaurante y nos invitaron a comer y todo.

Después de comer, a eso de las 12 y algo, ya nos volvimos, y a eso de las 2 y media llegamos a Nagoya. De camino vimos un accidente, un coche volcado del otro lado de la autovía; el japo estaba bien, pero tenía cara de susto el pobre.

Nada más llegar, subir la cosas y adecentarse un poco, me fui a comprar ropita que me estaba haciendo falta. Hoy como que no me apetece, pero otro día le saco una foto para que la veáis y me digáis si os gusta o no.

Dicho esto, adios, salud y República.

Sorpresa de última hora: se me ha ofrecido jugar en un equipo de FUTBOL, os mantendremos informados del despropósito.

Fotillos varias:

Yukako y Takachan en el restaurante de Okonomiyaki


De izquierda al otro lado: Shihoko, Ako, Minami y Daisuke (en el restaurante)


Camping en casa de Daisuke (Los brazos sin troco son de Minami)


Daisuke, hermano y primito en el restaurante de la familia


Foto de pandilla en el restaurante de la familia Kotobuki (a algún friki le sonará ese apellido por cierto manga, pero estos no son polis)


La panda frente al restaurante


Papis y mascotas de Daisuke, y Yukako también.


El carro de Minami, donde llegamos a ser 6 (ojo que pillaba los 120 eso sí, cuenta abajo)

lunes, 13 de abril de 2009

Segundo finde, que no decaiga

Realmente el tinglado ya empezó el jueves, que se vinieron unas colegas a cenar y a ver una peli, ni más ni menos que "la vida es bella" en versión original subtitulada en japo. Varias acabaron llorando abrazadas a mi..., bueno llorar si que lloraron pero el resto como que no. Ciertamente ese día no tuvo mucha más historia, pero fue agradable.

Con esto llegamos a sábado, me levanto no antes de las 10:00 de la mañana y me voy a la estación a pillar el bono de metro para tres meses. Sin mucha novedad, eso sí, necesité una ayudita para escribir todo el panfleto por aquello de que había solo dos opciones de escritura: japonés por las buenas o por la malas. De vuelta, ya casi medio día, Yukako me comentó, una de mis compañeras de piso, que Matt, su novio, e Ian, un colega, venían preparado para irnos de pachanga de basket. Dicho y hecho, allá nos fuimos a una pista bajo uno de los frecuentes puentes que cruzan las ciudades de lado a lado. Era una pista pequeña, con una canasta algo chunga, y estaba toda llena de chinos; curioso, se ve que tiene más pegada por chinolandia el basket que por japan. La pachanga no tuvo mucha historia, que pa qui, que pallá..., y para casa; no me dio ni para cnasarme la verdad, modestia aparte, ejem.

Llegó el sabado por la noche y la gente está animada, y nos decidimos, bueno a mi en realidad me llevan, a un macro complejo de juegos al más puro estilo japo. Un pedazo de edificio de diez plantas dedicado única y exclusivamente al ocio. Había karaoke, sala de juegos de todo tipo, bolera, beisbol virtual..., la de dios. Esta vez, porque habrá más, nos dedicamos al béisbol, bolos, sacarnos fotos al puro estilo japo (estas que luego son pegatinas, las míticas) y alguna que otra maquinita. En resumen decir que doy asco al béisbol, de 20 bolas no le pegué ni a una, aunque en los bolos me resarcí un poco, pero solo un poco. Eran casi las tres y media de la mañana y para casa (eso en japón es casi trasnochar).

Domingo, 10:00 de la mañana, dolor, mucho dolor, pero hay que levantarse que tengo que ir a Sakae, el centro de Nagoya, a pillarme el móbil de prepago. Para allá me voy, con alguna problemilla para dar con el sitio, de hecho di una buena vuelta (la vuelta fue brutal, y solo os diré que pasé por delante de Zara y no estaba precisamente de camino). La dependienta muy maja, y no diré lo de guapa porque se sobreentiende. Con todo el jaleo no llego a casa hasta las 2 de la tarde. Por la tarde, se me ocurre una brillante idea y la llevo a efecto: me pillo la play 3 japonesa..., a que eso no os lo esperabais así de golpe. Pues sí, eso hice. Y para que veáis que no acaban las sorpresas ahora os diré que:

dicho esto, adios, salud y república.

Fotillos:

Nacios pa bolear


CHUZZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA


Yalando se ha dicho: Matt, Yuka y Daisuke

martes, 7 de abril de 2009

Fin de semana y demás

Tras lo del viernes el fin de semana pasó sin pena ni gloria, en primer lugar porque llovió todo el finde y porque tampoco había ningún plan, así que tuve que quedarse en casa. Bueno en realidad miento como un bellaco, ya que el sabado por la noche se me ocurrió decirle que yo haría la cena, ni más ni menos que tortilla de patatas. Eso puede parecer poco emocionante, pero si soy yo quien ejecuto la obra, todos entenderéis que el tema toma tintes dramáticos (pero por suerte solo yo era consciente de ello, y me daba igual).

Fui después de comer al super, pille unas patatas (que venían en bolsitas de 4), tomates cherry, huevos y ya, que el resto estaba en casa (incluso el aceite de oliva que había por allí un frasco). Poco a poco la gente fue llegando y eran ya las 6 de la tarde cuando me puse manos a la obra. La verdad es que iba todo bien, pelé las patatas, las lavé, las corté, calenté el aceite, piqué la cebolla y el pimiento, lo eché a freir, añadí un poco de sal, preparé la fuente con huevos un leche batidos, luego lo junté todo, lo devolví a la sartén, fui a darle la vuelta..., la tortilla se escurre y se va por el fregadero pa bajo..., nOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, la hemos cagado.
Tranquilos, que no cunda el pánico, todavía tuve tiempo para preparar 4 tortillas más, de rajarme el dedo un par de veces y de que todo el mundo probase la dichosa tortilla. A final de cuentas no salió tan mal, porque solo sobró una tortilla, la última, que por suerte nadie comió porque las patatas iban medio crudas porque me quedé sin aceite, pero eso fue algo bueno como luego os contaré. Sin más historia cansado de tanto chatarrear, me piré a la cama.

Llegó el domingo, y qué hago?, son las 12 de la mañana..., lo primero llenar el buche. Nada más ducharme me encuentro con Minami que la pobre estaba calentando lo que quedaba de la tortilla, a lo que yo me negé explicándole que auqello no había quien lo comiese, por lo que, agudo de mi, le propuse si se venía a comer conmigo a un restaurate italiano que había al lado de casa (que todos sabemos cual es porque tengo alguna foto dentro del año pasado). Ella aceptó, y allá nos fuimos. Fue agradable, tomamos unos espaguetis, un trozo de tarta y le pedí si me podía acompañar a comprar algo de ropita. Sin daros mayores detalles solo decir que me pillé unos vaqueros. Luego ya nos volvimos para casa, donde estaban Yukako y otra amiga.

El finde no tiene mucho más que contar.

Hasta hoy jueves, poco más puedo contar, bueno tal vez que el lunes volví a Tsurumai por la noche de Hanami, y conocí a varios chicos extranjeros que también andan por Nagoya. Lo más curioso de todo fue que cuando llegué un chico estadounidense y una japonesa estaban intentando hablar en español; los deos había estudiado algo de español y habían estado por la patria. Gente maja.

Otro día más.
Dicho esto, adios, salud y República.

Fotillos:

Aunque no lo parece, soy el único no pedo


Dios los cria...


Demás colegas:

viernes, 3 de abril de 2009

Pasemos a la acción

Para evitarnos rollos innecesarios, pasemos a contar cosas interesantes, que del tema del viaje ya me he aburrido. Os puedo contar que hoy me han sacado de paseo, hemos ido de Hanami, o lo que es lo mismo, a comer y a beber, sobre todo beber, bajo los cerezos en flor. Lo cuento por pasos.

Eran las 9 de la noche cuando vino a casa Naoko, una aimga de Yukako, para buscarme e irnos al parque de Tsurumai de Hanami. El año pasado ya había ido pero esta vez fue otro rollo. Nunca en mi vida vi tanto japo andando a 4 patas, había más gente pedo que cuerda, era como un macro botellón pero a lo kamikaze. Además de Naoko había dos chicas más, y luego se unieron Yukako y el novio. Fue divertido, sobre todo a la hora de volver, ya que la gente llevaba una tranca de espanto. Alguna de ellas no podía a penas andar, en parte por culpa de los tacones que llevaban. Al final Naoko me acompañó hasta casa, como dijo Yukako: no te preocupes que ella te cuida, juju, y así fue...; no penséis mal, o demasiado bien, no le hice nada. Ahora pensaréis, ya está este otra vez cagándola, pues no, aunque bueno la verdad es que me vino diciendo por el camino que le parecía muy guapo, y la pobre tenía que agarrarse a mí del pedal que llevaba, pero bueno, no me aproveche de situación, los tontos somos así (a pesar de que alguien del grupo soltase, como quien no quiere la cosa: oye Hakobu, acustate con ella, allí dentras de los setos. Aunque no lo creáis ha sido una traducción fidedigna; vivir para ver.

Para que veais que no miento, allá va el reportaje gráfico, con algunos añadidos:

NAoko y menda


Las otras dos coleguitas que no me acuerdo del nombre:

Yukako y novio


Juriette, hermana de Yukako



miércoles, 1 de abril de 2009

Resumen del viaje, parte 2

Japón, 9 y poco de la mañana, paso el control de adauna, pillo la maleta y me monto en el tren de camino a Kanayama, 金山. Allí busco una cabina y llamo a Yukako para prevenirla de que ya he llegado, que alguien vaya a buscarme a ser posible. Pillo un taxi y de camino a Ohsu Kannon; al principio el taxista no me entendia: ohsu kannon syoumen made onegai shimasu, pues el tio no me entendió y me llevo a otro lado. Por suerte ya conocía el sitio y le dije que ese no era; despues de una breve pero intensa discusión cayó de la burra y me llevo al sitio correcto. Suelto la pasta y allí estoy delante del templo, esperando a Daisuke, tema problemático porque no tenía ni idea que pinta tendría en persona. Como es lógico, la consecuiencia de no lograr reconocer a quien me espera, es darse unas cuantas vueltas hasta llamar de nuevo a Yukako para decirle: mira va a ser más fácil que me salga a este sitio en concreto, y el extrajero que vea soy yo, vale?.

Pocos minutos después, en el lugar convenido apareció un chico que me miró con cara de estar buscando algo, y dijo en voz baja: Hakobusan ka..., a lo que yo asentí y le di dos besos y un fuerte abrazo..., uso da, acordaros que ni abrazos ni besos no me seáis palatuelos. Esperaba tener todavía que caminar un poco hasta llegar a casa, pero resulta que ya nos metimos en el primer portal que había en una de las calles paralelas. Realmente estoy "delante" de Ohsu Kannon; si me tiro del balcon caigo encima, lo que es muy bueno, sobre todo porque tengo toda la calle comercial al lado y eso es una pasada, estoy en mitad de la pomada.

Pues llego a casa, septimo piso, me meto dentro pero..., problema, la entrada es pequeña y esta lleva de zapatos; mi reacción fue lenta y poco o nada precisa, me limito a tirar con la maleta el mueble donde los pobres tenían los zapatos..., toma estreno..., para que vayan sabiendo con quien se juegan los cuartos.

Tras la "desfeita" inicial, dejo la entrada sin tirar ni romper nada más, y me recibe una chica de pelo rubio platino corto, evidentemente teñido, que me mira con cara de susto y dice: oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo, tekai sugiru!!!!!, osease, menudo cachalote acaba de entra por la puerta!, cosa más grande habrase visto!; no vamos ganar pa darle de comer al menda!!!!!! (bueno tal vez la traducción sea un poco libre pero cumple su función). La chica en cuestion es la hermana pequeña de Yukako, muy maja, que al igual que Daisuke no hablan una sola palabra en inglés (lo que es una buena noticia aunque no lo parezca).

Antes de nada, presentaciones, y a continuación, me enseñan la habitación. La verdad es que me sorprende gratamente: esta limpia, es grande, tiene cama..., muy bien la verdad.

Bueno gente esto ya se está extendiendo demasiado, dejemos más detalles para la proxima.
Dicho esto, adios, salud y República.

Fotos de la casita:

Mi habtación


El salon-cocina-comedor-paloquehagafalta (con Juliette en medio):

martes, 31 de marzo de 2009

Resumen del viaje, parte 1

No se porqué pongo parte 1 la verdad, pero bueno. Pues el viaje fue, para resumir, una pasada. Una pasada porque he tenido un suerte enorme, y yo no estoy acostumbrado a que salgan las cosas tan bien, ya que por experiencia lo que me suele suceder es que me pierdan las maletas o se me retrasen los vuelos hasta casi perder la conexión; pero esta vez fue todo sobre ruedas.
Vayamos por partes, como dice el buen Jack the ripper. Nada más llegar a la T4 no fue difícil encontrar el check-in the FinAir, principlamente porque hay un cartel enorme que lo indica a la entrada, y porque vi una fila de japones que, o estaban de procesión adelantada de Semana Santa, o esperando a facturar las maletas. Todo sobre ruedas, dejo las maletas, veo a la selección juvenil japonesa de fútbol, alguna abuelilla japa montándola y para el avión.

Me tomo un descafeinado, zumito de naranja y pastelillos varios, como un señor, y me voy a la puerta de embarque. Ni un segundo de retraso, perfecto, muy mal se tienen que dar las cosas para no llegar a la conexión, ya que hay una diferencia de casi 2 horas. Me monto y surge el primer problema, no hay sitio para guardar el portátil, pero no pasa nada, una pedazo de rubicunda finlandesa me echa una mano y logro embutir la maleta. Recordadme que me pase unos día por el norte de Europa, no hay sitio mejor para hacerse apasionado de la escultura que donde uno este rodeado de monumentos.

Pero vamos, no es para tanto, pensaréis, mucho decir que el viaje fue genial pero nada de nada; pues no, porque resulta que nada más sentarme en el asiento me fije en un chico que pasó a mi lado, cuya cara me resultó conocida. Decir conocida es poco, era un clega del master, cuando me fije un poco me di cuenta al momento. Es poco frecuente encontrarse a alguien conocido a un vuelo aFinlandia, pero que además se siente a tu lado, eso ya entra dentro de la coincidencia absurda de pelicula mala. Una vez más la realidad supera a la ficción. Un raro, hablando, otro rato durmiendo, y otro aguantando las ganas de matar por culpa de la pavita que teníamos delante que roncaba como una becerra, se pasaron las 4 horas y media de viaje rapidisimo.

En Finlandia nos encontramos, rodeamos de nieve como debe de ser. Mi vuelo no espera y me tengo que despedir de mi colega que se quedará unos días por temas de trabajo, ya me encamino a la puerta de embarque, sin ningun problema porque ya nos la anunciaron antes de aterrizar. La encontré sin ningún problema, el aeropuerto de Hensilki, mal escrito, cabe en el bolsillo derecho de la T4 (para los que vayan en breve a Nagoya les doy una pista: los vuelos de largas distancias salen de las puertas 31 a 33).

El embarque en el siguiente vuelo va sobre ruedas, a su hora, sin apelotamientos, veo a la selección japones juvenil de baloncesto (curioso), y me monto. Antes de estar dentro me fijo qe tengo un número de asiento muy bajo, el 6J, y pienso: vaya, estos números corresponden normalmente a los asientos de primera, porque son los que están delante en el avión. Como yo de turista no subo, mi primera intención fue meterme con toda la peña en la zona de "economic class", per para mi sorpresa, reparé en que los números empezaban en el 20. Pero que pasando aquí. Agarro el portatil y me lo echo al hombro, remontando avión arriba esquivando os astucia y nervio para uno de los japos que me iba encontrando por el camino; uno, dos, tres..., lo estaba dando todo cuando encontré la panacea hecha asiento. Allí estaba, relucía como el mismisimo lucero del alba..., sus formas sinuosas, su tez suave y aterciopelada...; creo que llore, allí arrodillado a los pies de mejor asiento que había visto jamás, fue un enamoramiento a primera vista. Tras frotarme los ojos hasta casi arrancarmelos, y comprobar 4 o 5 vees que no me había confundido, simplemente me senté...; un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, aquello era otro nivel: asiento individual, reclinable hasta convertirse en una cama, televisión individual, mando a distancia incorporado, posibilidad de ver peliculas recien salidas en el cine, videojuegos, videos musicales, series de todos los gustos y colores...; todo, absolutamente todo. Solo dire una cosa, estaba tan bien que cuando llegamos no me quería bajar, den hecho, ni me enteré del viaje y eso que fueron 10 horas..., en dos palabras, espectacular.

Pues vale, ya estamos en Nagoya después del viaje de mi vida. He de decir que pasé algo de miedo en el vuelo, por una sencilla razón, estaba saliendo todo demasiado bien, y eso no era normal; realmente pienso que en estos casos toda la mala suerte viene de golpe..., hubiese apostado a que el avión se iba a caer a mitad de camino, la densidad de fortuna cerca mía era ya demasiada.

Bueno, como no quiero aburriros, dejo el resto de lo que pasó ese día para la próxima entrada, cosas como el encuentro con los compis del piso y el propio piso. Pues eso, os dejo en el intringulis como el los viejos tiempo. Mañana más en el mismo canal y a la misma hora.

Dicho esto, adios, salud y República.

QUE NOS PIRAMOS CHAVALES! AHÍ OS QUEDÁIS

domingo, 29 de marzo de 2009

Ya estamos de vuelta chavales

Pues ya estamos aquí otra vez, dispuesto y preparado para montarla en Japan, eso sí, esta vez la cosa promete todavía más que el año pasado...; y os preguntaréis por qué, pues muy fácil, porque mi vida de hermitaño se ha acabado.
Para todos aquellos "afortunados" que el año pasado seguieron fielmente mis peripecias, recordaréis el terrible lugar en el que estuve decluido, junto a las ovejitas, allí en lo alto del monte..., pero se ha acabado, BIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEN, me voy a vivir a Nagoya, a la misma pomada.

Pero pensaréis, este va aquí de guai pero nada de nada, como el año pasado, mucha casita en Nagoya pero de casa al curro y del curro a casa; pues no, porque este año me van a sacar de paseo, me voy a ir a vivir con tres japonesitas bien majas, que seguro sabran aguantarme, llevarme de juerga y demas cosas para que al fin pueda hacer algo de vida de verdad en los japones.

Puedo prometer y prometo, que nada más llegar a Japón sacaré fotos de mis compis y del cubiculo donde moraré los proximos meses.
En resumen, espero que este año no tenga tiempo para escribiros, cosa de la os alegraréis si es que de verdad me queréis un poquito, porque el lema será: YES WE CAN.

Saludos cordiales, salud y república.

He dicho.

Añado cierta fotografia que no dejará a nadie indiferente.



YES WE CAN