jueves, 1 de mayo de 2008

Últimos dos día en Tokyo

Pues voy a contar lo que hice el Lunes, pofrque tocó visitar Ikebukuro y Ueno. Ikebukuro es una mezcla entre Ahikabara y Shibuya aunque más pequeño y calmado. Como tuve un problemilla con la cámara a penas pude sacar fotos, así que pocas fotos puedo enseñaros. Tras darme una vuelta por Ikebukuro, donde tenía la intención de visitar el museo de Toyota (pero estaba cerrado) y unos centros comerciales famosos que se llaman Sunshine city. La verdad es que no estuve mucho tiempo, pero es un lugar interesante. Tras comer cerca de la estación de Ikebukuro me fui hasta Ueno, donde hay un parque muy grande con un estanque y varios museos. Como no tenía cámara, me dediqué a visitar museos, bueno en realidad solo fui a uno, al de ciencia, pero como estuve dentro casi 3 horas se me fue el día entero.
El martes ya que tenía que volver, pero todavía tuve tiempo para visitar los alrededores de la estación de Tokyo, ya que por allí están los jardines y el palacio del emperador, además de los edificios ministeriales. Después fui hasta la universidad de Tokyo pero ya era algo tarde por lo que decidí volver. Antes de subirme al tren en la estación de Ueno, porque está relativamente cerca de la unversidad de Tokyo, comí en un restaurante cercano. El sitio estaba lleno por lo que comí en la barra. Al poco de empezar a comer un señor mayor se sentó a mi lado, por lo que retiré la bolsa que llevaba para no molestarlo; el hombre me lo agradeció en inglés, escusa perfecta para empezar una conversación. Él a penas hablaba en inglés pero hacía su mejor esfuerzo, y yo más o menos lo mismo pero habalando en japonés. Fue casi una hora y media de conversación, en la que nos dio tiempo a que el me cantase una canción típica japonesa, y yo le respondiese cantándole la canción de la República (lo nunca visto). Al final acabamos intercambiándonos las dirección. Realmente fue un encuentro curioso que me alegró el día.
Poco quedaba por hacer, por lo que ya me fui a la estación tras recoger las maletas en el hotel.
Dicho esto, adios, salud y República (con himno de Riego incluido)
Centro cultural de Ikebukuro:
Templos en los alrededores de Ikebukuro. La bateria de la cámara murió poco después (menundo fallo no racargarla)


Jardines imperiales y alrededores:




Oficina central de la policia (con coche patrulla y poli incluido de manera disimulada)
Ministerio de justicia

Ministerio de finanzas (si recuerdo bien)


Ministerio de Hacienda

Ministerio de ciencia y desarrollo

Palacio de la dieta (como el parlamento más o menos)

Catedral Ortodoxa de Tokyo

Universidad de Tokyo

domingo, 27 de abril de 2008

Dominando Shibuya

Ocho de la mañana, salto de la cama y me doy prisa porque todavía desayunaré antes de subir al tren camino de Shibua que está en la otra punta de la linea verde, a unos 25-30 minutos. Me como un sandwich, un bollo y un zumo de naranja en un restarante de temática francesa (los parteles están de muerte), por unos 650 yenes (poco más de 4 euros), saco el billete para Shibuya (160 yenes/menos de 1 euro).
Ya estoy, la estación de Shibuya; mogollón de gente para ser todavía poco más de las diez. Como siempre salgo por donde no debo y tengo que rodear la estación por fuera, en fin, ya es tradición; mi idea y el plan que había trazado era salir justo por donde está la estatuo de Hachiko (la estatua de un perro; no cuento la batalla pero diré que es un sitio de quedada común entre los japos). Seguidamente, me pierdo voluntariamente entre las calles de Shibuya, más o menos hasta las 11:30 donde por fin, encuentro una tienda del rollo que a mi me gusta, moda fashion japa al 100% (más tarde fotos con la pesca). Tras pasarme casi 1 hora y media en la teinda, poniéndome y rebuscando ropa, logré encontrar varias prendas en las que yo cupiede, maldiciendo a los japos por no hacer tallas XL (en el tema de los pantalones, tuve que desistir, tras unos 5 intentos, no me valió ninguno y eso que hoy por hoy esto especialmente delgado; he llegado a la conclusión de que los japos no tienen culo, no cabe otra explicación). Después me fui a comer a una especie de italiano donde por 850 euros me zampé unos espaguetis a la marinera que quitaba el sentido con un zumito de naranja.

Eran las 14:00 horas, por lo que me fui al siguiente punto del plan, todavía en las inmediaciones de Shibuya; el museo de la NHK, que es uno de los canales de tv japonesa. El sitio estuvo bien, incluso pude ver como hacían programas en directo porque durante el tour se pasa sobre platos, que están emitiendo en directo.

Al salir del museo me metí en el parque que hay en la zona, y paseando por allí me fijé que había grupos de músicos aficionados tocando; un montón, casi pegados, un verdadero jaleo. Seguí andando, y me di de bruces con otra cosa curiosa, una feria de ropa para perros, tremendo, nunca vi tanto perro junto. Después de aquello pensé que poco me quedaba por ver allí, pero me equivoqué, ya que al poco me vi e medio de otra feria, por llamarlo así, porque en realidad era un mogollón de gente que vendía, cada uno a su rollo, ropa usada. Existen fotos de todo, excepto de los perros, por si me atacaba la manada.

Tras eso me volví, entré en algunas centros comerciales más, entre ellos uno que se llama 109, especialmente curioso ya que solo tiene ropa para chicas, y yo no me enteré hasta que salí después de recorrermelo entero estrañado de no haber visto nada para mí. Tuvo su parte buena, nunca vi tanta chavala junta, casi daba miedo.

El centro comercial 109 está al lado de la estación de Shibuya, por lo que ya me metí en el tren porque eran sobre las 16:00 y todavía quedaba por visitar Shinyuku. Me despedí de Shibuya, más bien fue un hasta pronto, porque es un sitio que merece la pena volver a visitar aunque solo sea para dar una vuelta siempre que puedas aguantar las aglomeraciones, porque cuando yo me fui ya casi no se podía andar, por casi ningún lado, y el sitio no es ni mucho menos pequeño, es como 50 veces Sol y la Gran vía juntos.

De Shinyuku decir que es la parte de los rascacielos, por lo que solo decir que es espectacular; las fotos dirán el resto, sobre todo cuando me subí a la cima del más alto, el Metropolitan de Tokyo.

Dicho esto, adios, salud y República.

Fotos de Shibuya:




Hachiko

Museo NHK



Programa en directo

Músicos aficionados frente al estudio de NHK



Rascacielos de Shinyuku:






Desde la cima de este edificio he hecho las proximas fotos





El bicho era alto y más cuando miras para abajo



Bueno, esta es la nueva entrega de Hakobu Wentsu. Atentos al cinturon que me marco. En la segunda parece que estoy mirando la ascensión de la Virgen. No salgo a derechas en ninguna, siempre mirando a poninte, con razón evito salir en las otras fotos (a ver si me afeito y me peino de una santa vez)

Saludos desde Tokyo

Pues la semana dorada ya está aquí, en Tókyo, escribiendo esto desde un hotel frente a la estación de Akihabara; en medio de la capital del frikismo mundial. Lo cuento poco a poco.
Sábado, seis de la mañana, en pie porque viene el taxi que pedí el viernes y que me llevará hasta la estación de Tajimi, donde me subo un tren hasta la estacón de Nagoya donde a las 10 tengo que subirme a un Shinkansen, que en 1 hora y 45 minutos me pondrá en la estación de Tokyo.
Estoy en Tokyo, me bajo del Shinkansen y me meto en la linea verde de cercanías, Yamanote, que es una especie de circular que une, entre otras, las estaciones de Akihabara, Shinyuku, Shibuya y Ikebukuro. 10 minutos después, Akihabara está a dos paradas de Tokyo, llego a mi destino, el paraiso de los jugones, placer de los cosplayeros (gente disfrazada), ciudad de la electrónica y la electricidad (nombre que le dan ellos no yo), y en definitiva, el lugar más curioso que uno se pueda encontrar. Nada más salir de la estación en sitio no defrauda, el jaleo es tremendo da igual donde te metas; japas disfrazadas de doncella repartiendo publicidad, japas disfrazadas de doncellas dando un paseo con las amigas disfrazadas de doncellas, doncellas disfrazadas de chicas, y chicas comprando en tiendas disfraces de doncella..., y si no recuerdo mal creo que vi a un chico disfrazado de doncella pero estoy intentando olvidarlo. Hablando en serio, como veréis en las fotos, es un sitio con mucha vida, lleno de tiendas y de gente curiosa, posiblemente uno d elos lugares más desenfadados y estrafalarios de Japón; esencial para pasar un buen rato aunque no te guste la animación Japonesa.
Cuando salí de la estación metí la pata como siempre, al hacerlo por el extremo opuesto a mi hotel, que no tiene pérdida porque está casi dentro d ela estación, pero en fin, yo a lo mío. Después de rodear la estación encontré fácilmente el hotel. Es un hotel nuevo, como que lo abrieron el mes pasado, y la habitación es una pasada. Es pequeña pero tiene clase, pantallón con TV de alta definición, sillón de masajes y tropecientas comodidades más; luego veréis la foto.
Como la entrada era a las 14:00 horas y todavía era las 12 y poco, dejé las maletas y me piré a pasear por todo Akihabara, aunque antes vino el susto del día, que fue cuando el tipo que atendía en el mostrador me dijo que la reserva estaba mal, que era solo opara un día y además para el día 29 (en ese intante asesiné mentalmente al colega del trabajo que me había hecho la reserva). La sangre no llegó al río, por suete habia habitaciones y me dieron sin problemas una para los tres días.
Describiros lo que hice en Akihabara sería un poco aburrido, porque básicamente fue visitar todas las tiendas que pude, tanto de viedeojuegos, como de anime o de electrónica. Realmente hay tantas que en un día no se da a basto, me dieron casi las 7 de la tarde y no llevaba ni la mitad; aunque paredca mentira, hasta esto cansa por lo que me volví al hotel, no antes sin meterme en un restaurante para cenar, llamado Spice (pero no vender droga). Por el nombre ya debí de suponer que la comida era picante, y aasí fue, era algo con curri, y el curri estaba cargadito digámoslo así. Mi relación con el picante es mala, porque me entra hipo cuando lo como y no me acaba de sentar bien, pero como ya tenía el plato delante, pues básicamente me lo comí. El hipo no tardó en empezar, y a penas daba comido, pero valiéndome de la jarra de agua que tenía en la mesa fui tirando; en realidad, la mía y la de la mesa de al lado.
Así se acabó el día, y pronto a la cama, que mañana toca Shibuya y Shinyuku.
Dicho esto, adios, salud y República.
Fotos de Akihabara:







La habitación del hotel (Remu Hoteru)

Vistas desde el hotel (estoy en el piso 15 y se nota)





miércoles, 23 de abril de 2008

Hoy visitamos..., Inuyama

Pues lo dicho, el domingo pasado se me dio por ir a una ciudad cerca de Nagoya, donde me habían dicho que había un castillo muy antiguo. El camino no era muy largo, pero tenía que hacer un transbordo entre trenes de líneas distintas, ya que en Japón no pasa como en España que todo es Renfe, aquí también hay líneas privadas. En Nagoya tenemos la Meitetsu, que por cierto, es más barata que la nacional, que se llama Japan Rail. El plan era subr al tren en Tajimi pero en otra línea distinta a la que lleva a Nagoya, y luego, en una estación llamada Kani, hacer el cambio a la línea de Meitetsu, que me dejaría en el centro de Inuyama.

Así hice, y a eso de las 11 estaba ya saliendo de la estación. Como no puede ser de otra manera, había dos salidas y salí por la que no debía. Me di una buena caminata para nada, no es recomendable hacer turismo sin planos, eso de: voy saliendo y según vea voy tirando, es una mala estrategia. La verdad en que en este caso no fue tan mala, porque acabé en un templo bastante alejado de la ruta turística que seguro pocos gaijines llevan visitado.

Cuando decidí volver a la ruta turística normal, no la que yo me había inventado, ya era la una y pico, y como tenía que pasar de nuevo por la estación, ya que quedé a comer en una hamburgesería que había allí, la misma franquicia que tiene otro establecimiento frente a la estación de buses en NAgoya, donde ya tenía comprado alguna cena, y que responde por el nombre de Lotería, y no, no se puede hacer la primitiva ni la quiniela en ellas.

Tras comer ya me encaminé hacia el castillo de Inuyama, fueron un par de calles, que cumpliendo el buen estilo japonés, aun siendo las calles principales de la ciudad la acera no existía; mala costumbre esa de tener que andar casi por la carretera.

Otra mala costumbre es que casi todos los templos y castillos están en una cima, por lo que tocó patear por un par de cuestas que casin acaban conmigo, sobre todo porque el día era especialmente caluroso, y eso de las calorías a mi me sientan un poco mal.
El castillo era pequeño pero interesante. Había que quitarse los zapatos en la entrada, te daban una bolsita de plástico para llevarlo, que luego debías devolver. Las escaleras eran muy pequeñas y empinadas, había que subirlas a cuatro patas, y bajar..., bueno, ya lo podéis imaginar. La verdad es que no parece demasiado alto, pero cuando estás arriba de todo, en lo que sería la cuarta planta, la vistas imponen bastante, de hecho algunos japos que también visitaban el castillo no se atrevieron a salir fuera, a la especie de terraza que tiene.

Cuando compré la entrada, 500 yenes, fue curioso porque la señora me dio un plano, enseñándome los tres sitios que podía visitar con la entrada además del castillo (dos museos a los que al final no fui). Lo gracioso estuvo en como la señora señaló con un boli los sitios en cuestión, pero sin decir nada, todo con gestos. Cuando acabó le dijé en japonés que entendía lo que me había dicho, y para la mujer fue una relajación, abriendo la especie de ventanuca de cristal y empezando a contarme no se que batallas, que aunque parezca raro supe más o menos interpretar (vino decir algo así como que perdonase, que no sabía que entendía japonés, que no es frecuente que los turistas extranjeros lo hagan, y que si quería podía esperar por un guía en inglés). La verdad es que tardé unos segundos en asimilar la información, tiempo que la mujer se me quedó mirando con una sonrisa, sospechando que no había entendido un pimiento, aunque puse fina la crisis exclamando: hitori ii dese (que viene siendo: solo está bien). Debe ser que algo he mejorado, ya no entro en parálisis cerebral cunado alguien me habla en japonés.

Después de esa visita ya regresé a la estación, pero no hice el mismo camino, fui en dirección contraria en la misma línea Meitetsu, hasta la entación de NAgoya central, donde subí al metro hasta Osu Kanon, el dichoso distrito comercial. He ido varias veces, pero es un sitio que me gusta, hay muchas tiendas aunque por desgracia ninguna tenga tallas mayores que la L, prendas en las que yo no entro ni con calzador. No hice mucha cosa, darme un paseo en realidad, aunque al final acabé comprando una maleta de mano que necesitaba (por 1500 yenes, tirada), y aunque lo intenté evitar, acabé de nuevo en la tienda de juegos comprando unos cuantos más, en concreto 4 más.

Con esto ya me volví para casa. Ahora las fots, que son lo más interanse.

Se me olvidaba..., la semana que viene es la Golden Week, como los japos la llaman, que son un grupo de días festivos seguidos, estilo semana santa pero sin procesiones. El plan es el siguiente, de sábado a martes a Tokyo, y la semana siguiente, de jueves a martes, a Kyoto. Prometo un repotaje gráfico pormenorizado. ¡Shibuya, Akihabara!, preparaos que voy en camino, Hakobu Wentsu pronto estará allí.

Dicho esto, adios salud y República. (¡Y JUERGA!!!!!!!!!!!)


Duante la golden week o semana dorada, hay una festividad es que el día de los chicos, donde las familias con descendientes varones, cuelgan estas banderas pez de sus casas.

Fotos del santuario que encontré andando a mi aire por Inuyama








Fotos de los templos cercano al castillo:








Castillo de Inuyama y vistas de la iudad y alrededores: