sábado, 19 de abril de 2008

Lo que vino pasando el domingo anterior

Esta semana estuve bastante liado, así que hasta hoy no he podido escribir nada, pero bueno, todavía me acuerdo de lo que hice así que haré un resumen.

Pues el domingo pasado puse el despertador a las 6:00 d ela mañana, ni más ni menos, porque a las 7:00 venían a recojerme; y la pregunta es..., ¿un domingo a las 7:00 de la mañana?, esas son horas para llegar a casa no para salir de casa. Tenéis motivos para pensar raro, porque el domingo pasado fue raro ya que hice algo que jamás había hecho antes, ni más ni menos que irme de regata, a una competición de barcos de vela por invitación de un colega del NIFS.

A las siete en punto ya estaba en la puerta de la resi esperando, y al poco vinieron a buscarme; una hora y pico por la autopista hasta llegar al puerto donde estaba el barco (dato a tener en cuenta, en Japón el límite de velocidad es 100 km/h).

Llegamos al lugar en cuestión sobre las 8:30, y ya nos estaba esperando parte de la "tripulación", un total de personas: un doctor jubilado del NIFS, un paisano mayor muy simpático, dos señores que controlaban junto al dueño, otro compañero del NIFS y un chico indio. Antes de zarpar hubo que montar las velas, cosa bastante complicada, ya que con las velas había que preparar el timón también porque iba todo enlazado. Una hora después, encendimos el motorcillo del barco y tiramos para alta mas donde estaban el resto de los participantes (con el berberecho). Era un día nublado y poco ventoso aunque alejados de la costa si que se levantaba algo de corriente.

El barco no era muy grande, aunque para los 8 había sitio de sobra. Nos distribuimos de la siguiente manera: uno llevaba el timón en la parte trasera, dos contralaban las cuerdas que gobernaban las velas, otro al frente del barco que no se que hacía, y el resto hacíamos de contrapeso, es decir, cambiabamos de un lado a otro del barco para ayudar a virar y evitar que volcase por el viento. Fue muy divertido, había veces que parecía que nos íbamos a pique, y teníamos que saltar al otro extremo delbarco, con cuidado de no recibir un guantazo de la vela, porque en los cambios de dirección se movía de un lado a otro.

En total fueron dos carreras, la primera de una hora, la verdad poco interesantes porque no habia a penas viento, pero la segunda sí que fue espectacular, sobre todo el comienzo, donde todos los barcos de apiñaban a la espera del bocinazo de salida; parecía que íbamos a chocar, porque estábamos a pocos metro de distancia unos de otros. Quedamos últimos en las dos carreras, pero eso es lo de menos, fue una experiencia muy interesante. Lo único malo del día fue que me quemé toda la cara, la tenía roja como un tomate.

Eran las cuatro de la tarde cuando dejamos el barco, tras desmontar las velas. Fue curiosa la conversación que mantuve con el chico indio, al que yo le echaba unos 30 años de edad y resultó ser más joven que yo, o menos viejo; curiosa conversación ya que él a penas habla inglés por lo que hablamos en japonés, y ver a un indio y un español entendiéndose en japonés es algo poco frecuente. También fue divertido cuando el viejete japo me empezó a contar, no se porqué salió el tema, sobre Ieasu Tokugawa, el primer emperador de Japón, y luego comenzó a hacer comparaciones entre él y EL CHE. Esa conversación tuvo que haber sido grabada para los anales de la historia.

Al acabar nos montamos en el coche y nos pusimos en camino hacia un hotel, donde nos metimos en un ofuro interior, baño típico japonés (era la primera vez que iba a uno). Un lugar curioso, son como termas pero con la diferencia de que uno se tiene que labar bien antes de entrar. El agua está muy caliente, por lo que solo se puede estar dentro unos pocos minutos, antes de morir por abrasamiento.

Después del merecido baño, había una especie de fiesta para los participantes , varias mesas sobre las que había unos hornillos de aceite y bandejas con carne, marisco y hortalizar varias, todo crudo, que cada uno debía freir a su gusto en los hornillos. Todo muy rico.

El resto del día tienen poco que contar, pero con todo lo que me había pasado ya, puedo decir que fue un fin de semana muy divertido.

Hoy sábado, adelanto lo que ha pasado, porque lo puedo resumir rápidamente: nada. Ayer me acosté tarde, a eso de la 1 de la noche, y debía de estar más cansado de lo que pensaba porque me desperté hoy, ni más ni menos, que a las 3 de la tarde. Tenniendo en cuenta que tengo entrenamiento a las 20:00, ya me he quedado por aquí. Mañana tengo plan, iré hasta Inuyama, una ciudad cercana a Nagoya, donde hay uno de los castillos más antiguos de Japón, pero eso ya lo contaré otro día.

Dicho esto, adios, salud y República.

1 comentario:

Alberto Valencia dijo...

La regata debió estar muy chulo, y luego las termas y la comilona que os hicísteis. Debiste estar echo polvo para levantarte a las 3 de la tarde. Lo importante es que el tiempo que estés te lo pases bien.
Por otra parte, mal. Mal porque irás sin compañía femenina a ver el castillo este que vas a ver.

Lo importante es que te lo pases bien.

Un saludo.