jueves, 3 de abril de 2008

Pero aquí no acaba el tema

Pues no acaba, no; todavía quedaba un partido más a las 15:30, pero antes de eso, casi dos horas de espera que tuvieron su miga. A ver como lo cuento...

Nos habíamos quedado en la montaña de onigiris, justo después de acabar el primer partido, todos sentados alrededor de la mesa, bebiendo te y agua como cosacos. Los onigiris tenían buena pinta, pero no cogí ninguno ya que comer antes de jugar me suele sentar mal, así que me aguanté, cosa difícil ya que tampoco había desayunado y la entrenadora me había dado una bolsita con donut que tenían una pinta espectacular. A mi lado estaba sentado uno de los compañeros que sabía algo de inglés, por lo que en un prinipio fue el único que se arrancaba más, preguntándome entre otras cosas como se contaba hasta diez en español, de que parte de España era, y varias cosas más, aunque lo más curioso fue cuando señalando hacia lo que yo pensaba que era la camiseta dijo: y eso..., ¿cómo lo llamáis?; segundos después caí en la cuenta y respondí posiblemente con la acepción más penosa: pito (carcajada general). Entre paridas fue pasando el tiempo, me fui arrancando en japonés lo que propició que más colegas del equipo se uniesen a la conversación, por llamarlo de alguna manera, aunque lo más curioso fue cuando se me ocurrió preguntar: ¿oye y para salir de juerga a donde se va?. La verdad es que ni me acuerdo como lo dije en japonés, aunque por la contestación que me dieron pensé que lo había hecho bien, ya que fue más o menos esta: pues por aquí en Tajimi hay algún sitio, uno cerca de la calle principal. Eso no me decía mmucho por lo que pregunté por las características del lugar, a lo que me contestanron: la verdad es que el sitio está bien, "hasta puedes elegir chica". Tras semejante comenario palidecí, se hizo el silencio y tras casi un minuto solté: kyo tenki wa ii desu ne...! (traducción: que buen día hace hoy no...?. Dejo para vosotros los comentarios.

Hora de jugar..., bueno mejor dicho, hora de arrastrase por el campo; la edad nos pasó factura, el marcador final fue de 45 a 100, que se le va a hacer, no todos los estrenos han de ser brillantes. Poco quedaba por hacer, el día parecía haber llegado a su fin, por lo que ya me disponía a recoger el campamento cuando uno de los compañeros (el mismo que preguntó la denominación castellana del miembro y soltó lo del garito de dudosa moralidad) se me acercó y dijo: oye, hoy a las 7, en un restaurante que hay frente a la parada de tren de Tajimmi, fiesta de bienvenida, ¿vendrás?. La respuesta era obvia. Sin perder mucho tiempo, que ya eran casi las 5, de nuevo la entrenadora tuvo la amabilidad de acerca con el coche hasta la residencia, digo más, incluso se ofreció a esperarme en la puerta de la residencia hasta que me hubiese duchado para volver a bajarme, a lo que por supuesto respondí que de ninguna manera, que para eso estaban los autobuses.

Duchazo rápido, apropiación fraudulenta de un paraguas ajeno que luego devolví, autobús, parada en Tajimi, rápida visita al supermercado para comprarme un peine, y para el restaurante. Entré a las 7 en punto, se la monté al metre porque no sabía si el resto había llegado todavía, un par de vueltas por el garito a ver si los veía (por suerte ellos me vieron a mí), y a reposar el culete en una habitación individual de tatami con mesas bajas, para sufrimeinto de mi espalda. Solo estábamos 6 por el momento, contando a dos chavalitas que venían con el guapera del equipo (bueno al menos hasta que yo entré claro..., ejem), entre ellos el afamado que definiré desde ahora como aquel que preguntó el buen nombre del falo, o más concisamente, el colega del pito. El restod e la gente todavía tardó en llegar casi 30 minutos, cosa que no importaba demasiado ya que aquí no se espera para comer, se jala y santas pascuas. La comida estaba muy rica, y pidieron de todo, un montón de platos distintos que prové sin dejar pasar ninguno. La noche fue pasando, muy entretenido, ya que poco a poco la gente fue perdiendo el apuro inicial de intentar hablarme en inglés, sobre todo porque yo los animaba a que me hablasen en japonés, eso sí, a una velocidad razonable, pidiéndoles pacienca mientras articulaba frases. Me vino muy bien ya que hablé un montón de japonés. Fue una fiesta divertida, pena que fuese domingo y para las 9 y poco hubiese que irse, que la gente trabaja. Para volver tenía pensado meterme en un taxi, pero ellos acabaron por convencerme de que me llevaban, por lo que acepté, sobre todo después de ver el cochazo en el que me llevaron, un pedazo deportivo brutal, que parecía por dentro más un avión que un coche tremendo.

Bueno con esto acaba la batalla, pero este finde prometo más, ya que he quedado el sábado con un compañero del NIFS para visitar Nagoya (espero que me enseñe el lado oscuro), y el domingo posiblemente iré al puerto cámara en ristre, para hacer fotos a los barquitos y pasarme por el acuario, que según me han contado en muy grande (como nunca antes he estado en uno no puedo mantener de manera oficial ninguna postura a favor o en contra).

Dicho esto, adios...; un momento..., he de cumplir una promesa: Para mi desgracia-----> 0

Pues eso, ahora sí, adios, salud y república.

2 comentarios:

Alberto Valencia dijo...

Muchas aventuras para un sólo día, esto va mejorando. El resultado es lo de menos, así te mueves un poquito.
Hablaste un poco más de japonés y te lo pasaste bien,un buen día.
Ya nos contarás más cosas.

laparca dijo...

Ya, ya, seguro que era eso lo que querías preguntar desde el principio, y el tiempo que te quedaste callado eran los pensamientos «relajantes» que se te pasaron por la cabeza... ¡Qué nos conocemos! ;-)

Espero que lo pases bien este finde y que en lo próximo se te de mejor el baloncesto, que ya verás que en cuantro entrenes un poco te conviertes en la estrella del equipo.

Alberto: Así que salías del fisio, eh? Yo iba ahí en ese momento ^_^ (que ando jodido del tobillo).