martes, 4 de marzo de 2008

De camino al outlet

Nos quedamos cuando estaba saliendo del hotel, caminando hacia la estación de autobuses para coger un taxi. Pues eso mismo, me acerqué hasta el taxi que estaba primero en la fila y me monté, curioso que la puerta se abrá sola pero de eso ya estaba enterado; me senté y le pasé el papelillo donde la recepcionista había apuntado la dirección, el buen hombre asintó y nos pusimos en camino. El trayecto fue corto, y bastante curioso cuando el hombre me preguntó en inglés de donde era, y yo le contesté lo evidente, aunque lo que no fue tan de esperar fue su resplica, que no fue otra que preguntarme si era cristiano. Fue curioso la verdad, y mi contestación no sé que le pareció al dicirle que lo era solo de nombre pero no de práctica; creo que él era cristiano pero no se lo pregunté, supongo que por ahí iban los tiros. También me arranque en japonés pero poca cosa, aunque me entendió. El viaje me costó unos 1600 yenes. El outlet era bastante grande y era de tiendas extranjeras. Me di una vuelta alrededor y había de todo, aunque me costó encontrar una tienda donde vendiesen calzoncillos. La mayoría de la compra la hice en Nike, un chandal, unas tenis, calcetines, una camiseta y una mochila pa guardarlo todo. No estuve mucho tiempo, poco más de una hora; a punto estuve de quedarme a comer allí porque había los típicos restaurante que ponen maquétas de la comida en el mostrador, pero al final no me animé, era demasiado pronto.
De nuevo en Tajimi la dependienta me hizo el favor de su vida, me dejó entrar ya en la habitación, porque todavía era la 1 y no podría en teoría hacerlo hasta las 4. Una santa. La habitación era pequeña, y el baño más, parecía más una nevera que un baño, casi tenía que agacharme para poder estar dentro. Lo que más gracia me hizo fue vez encima de la tele panfletos sobre canales guarros, y que para el mayor anonimato, podía acceder a sus "servicios" comprando unas tarjetas de prepago en la cuara planta; pasé de tales servicios aunque por la portada..., cambiemos de tema. Encendí la tele normal, me tumbé y antes de darme cuenta estaba sobando. Ver la tele un rato, pedirle a la dependienta el cacharro para acceder a internet y más sobe, así se acabó el primer día en Japón. Un poco triste la verdad, demasiadas horas de viaje tumban a cu alquiera.
Mañana más, mi primer viaje hasta Nagoya como turista. Mata ne.

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