lunes, 3 de marzo de 2008

El desembarco

La estación de Tajimi, o Tayimi eki, como ellos se empeñan en llamarla. Me bajo y salgo a la calle, hace fresquillo pero se agradece, la calle está mojada y había bastante trajín. Con mi portafolios al hombro y el ordenata en la mano, tomé la acera a mi mano izquierda, como buen republicano, razón tan de peso como única porque no tenía ni idea donde podría haber un hotel. Creo que gané el día cuando me di cuenta que la estación de autobuses estaba allí mismo, cosa buena de saber ya que el lunes tendría que tomar el autobús, pero eso ya es otra historia; paciencia mis lectores.
Di una vuenta a la manzana mrando para todos los lados, pero no vi ningún sitio decente, teniendo muy presente que no quería meter la pata y meterme en algún, robu hoteru, oseasé, un hotel pa chigar hablando en plata, y porque sería muy caro no por otra cosa, ejem. Andando andando volví al punto de partida, y como buen repuvlicano tomé mi otra izquierda, y comencé a recorrer la otra calle. A la derecha había un centro comercial, y a la izquierda, como no, el hotel deseado; no me preguntéis como se llamaba porque no tengo ni la más remota idea. Entré en el hotel, y había dos dependente se inclinaron y me dijeron como no podía ser de otra manera, hirashaimasen, es decir, ven pa ka y deja los cuartos. En cuanto abrí la boca, y me expresé en algo que remotamente se parecía al japonés, los dos dependientes miraron a su derecha con cara de profundo horror, saliendo al recibidor una japonesita muy simpática ella que en correcto inglés, me preguntó que deseaba. Lo que deseaba no se lo dije, pero sí le pedí una habitación a lo que ella me contestó que hasta las 4 de la tarde no había cambio de día, que si quería ahora la habitación tendría que pagar los 3 días. Después de 18 horas de viaje como que me importaba un carajo y le dije que venga, por lo que me hizo el papeleo pagué la pasta y cuando le pedí la llave me miró con cara rara y me dijo: hasta las 4 no puedes pasar; la coleguilla no me entendió y me cobró solo 2 días, en fin, teniendo en cuenta que rean las 10 y poco de la mañana, como que tenía "algo" de tiempo libre. La verdad es que la chicuela era muy agradable, y me dijo que dejase allí todos lo abalorios; le pedí la dirección de algún sitio para comprar algo de ropa, porque tenía lo puesto. En un papel me escribó una dirección para dársela a un taxista.
Algo que se me ha olvidado de decir, por dos noches me cobró 11.000 yenes más o menos, con desayunno incluido en buffet libre, unos 120 euros al cambio; la verdad no demasiado caro comparado con lo que te clacan en España; además la habitación no estaba mal, pero eso ya os lo contaré.
Frente a la estación de autobuses también estaban los taxis, me metí en uno y...; eso lo cuento mañana. Chau chau.

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