miércoles, 19 de marzo de 2008

Un derecho ausente

Dado que hoy no ha pasado nada emocionante, creo que es buen momento para hacer un comentario que levaba algunos días queriendo hacer, desde que vi la foto de una mujer francesa completamente desfigurada, hasta un extremo terrible, por causa de un tumor. A la mujer en cuestión solo le quedan algunos meses de vida, unos meses que no pasarán inadvertidos, como sucederá para la maoría de nosotros, seran 90 días de continua y penosa agonía, sufriendo las 24 horas a la espera de la muerte. Esta mujer, en un acto de dignidad humana, le pidió a la justicia de su país que le permitiese morir sin sufrir semejante calvario, como si ya hubiese sido poco el dolor y padecimiento que ya había sufrido, rogando no que alguien la matase, si no que le ayudasen a un suicidio lo más llevadero posible. La respuesta de la "justicia" francesa fue que, a tenor de una ley vigente desde hace unos pocos años, lo único que podían hacer por ella era inducirla en un coma profundo, y que la naturaleza siguiese su curso. Mi impresión es que, en realidad la justicia francesa no respondió a la petición de la mujer, porque ella lo que buscaba era morir con dignidad, no que adormeciesen su dignidad hasta el último aliento; semejante manera de evitar el problema no es propia de un ser humano, si no más bien de un anquilosado sistema de leyes que no representa el valor de la vida, incluso cuando esta llega a su fin, porque una respuesta así solo es propia de cobardes.
Hasta que la ciencia cure la enfermedad que es la muerta, debemos aprender a sobrellevarla pero por desgracia, aún tras tantos siglos de historia, todavía parece que no nos podemos enfrentar a ella con valentía, ya que al fin y al cabo, solo se muere una vez y la experiencia de los demás poco vale en estos casos. Siempre he oido que una vida digna es un derecho para el ser humano, pero está claro que esto solo es un pancarta, porque ¿acaso la muerte no forma parte de la vida aunque sea su último estertor?, y por tanto, ¿denegar una muerte digna no supo traicionar ese principio?.
Es difícil de entender a las personas que exclaman: yo estoy en contra de la eutanasia, no me gustaría que se regulase. Es terrible que en este mundo todavía existan personas que consideren que su juicio ha de ser universal, que ignoren voluntaria o involuntariamente, que su voz no tiene mayor valor aunque pretenda imponerse a la de los demás; tan complicado sería cambiar esa sentencia por la sensated de decir: no estoy a favor de la eutanasia, pero respeto a aquellas persona que, en su decisión decidan acometerla; espero que la eutanasia sí se regule, aunque yo, por mis convicciones jamás aplicaré ese DERECHO.
Hay una diferencia esencial entre ambas elocuciones, una impide que personas puedan acceder a un derecho, la otra simplemente RESPETA la voluntad aunque no la comparta. Creo que, algunos códigos de leyes, han olvidado la diferencia entre el derecho a elegir y el derecho a prohibir.
La etanasia debe de ser un derecho, porque aquel que no la desea por el motivo que sea, nadie se la va imponer. Esto genera una pregunta, ¿cómo decidir que una persona está capacitada para decidir sobre su propia muerte?; creo que la respuesta es fácil, podrá decidir sobre su muerte aquel que esté capacitado para hacerlo sobre su propia vida. Existen psicólogos y psiquiatras que sin ninguna dificultad evaluarían la cordura de esa persona, lo hacen todos los días, pero claro..., todo cambia cuando la muerte entra en el ruedo, porque ellos exclamarían: nosotros no queremos soportar semejante responsabilidad; eso no sería una respuesta cobarde, si no presuntuosa, porque no son ellos quienes van a decidir sobre la vida o la muerte, esa decisión ya ha sido tomada por el afectado.
Espero que esto haya conseguido haceros reflexionar sobre el tema. Desde mi punto de vista, y por lo que he escrito ya lo habréis supuesto, estoy no solo a favor, si no indignado porque este derecho no haya sido todavía reconocido. Para mí, eutanasia si, y aunque pensase lo contrario mi respuesta sería la misma, es mi deber no solo luchar por los derechos que yo tenga en mente aprovechar, si no también por los del prójimo.
Dicho esto, adios, salud y república.
Una imagen vale más que 1000 palabras

3 comentarios:

noema dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo. Parece que es mas digno vivir como un vegetal, o como lo que le permiten a la señora de la sentencia "un coma digno" que morir.
No entiendo la forma en la que algunos seres humanos se aferran a la vida, y no a la suya, sino a la de gente que no conocen impidiendo que tomen sus propias decisiones.
Incluso si creyese, o por que creo, que la vida es sagrada no se ha de forzar a nadie a que siga vivo.
Por supuesto, estoy a favor de la eutanasia.

Alberto Valencia dijo...

Es un tema que se lleva debatiendo. Salió hace unos días en la televisión (En España, en Japón a saber quizás al cantante ese de ritmos), es legal en Holanda, Bélgica y en otro país que no recuerdo de la Unión Europea.
El fondo de todo, creo, es la religión. Claro, dicen que sólo Dios tiene el Derecho de la vida (están en contra de los clones o de la manipulación genética) y de la muerte (están totalmente en contra de la investigación en células madre y en la eutanasia). En este país como en Francia la religión es una parte muy importante en la sociedad y dicta sobre muchos temas y uno de ellos es este. Se debería cambiar la mentalidad de la sociedad.
Yo lo tenía muy claro antes de tu comentario, Hakobu, eutanasia si pero sólo en casos como en la mujer francesa, parálisis y diversas enfermedades que te impidan VIVIR.

Miguel dijo...

La respuesta a esta sentencia ya resumió en su día Ramón San Pedro:

"Srs. Jueces, Autoridades Políticas y Religiosas:

No es que mi conciencia se halle atrapada en la deformidad de mi cuerpo atrofiado e insensible, sino en la deformidad, atrofia e insensibilidad de vuestras conciencias".